El filipino Manny Pacquiao, icono universal del boxeo y exsenador, negó este viernes haber hecho trampas durante un decisivo combate en el año 2000, después de que un árbitro del país declarara que lo ayudó a ganar la pelea.
“No hice trampas. Probablemente (el árbitro) me favoreció por pelear en casa“, dijo este viernes Pacquiao al medio local Tv Patrol, al defenderse de las alegaciones del árbitro filipino Carlos Padilla de que recibió ayuda durante un combate contra el australiano Nedal Hussein, disputado en octubre del año 2000 a las afueras de Manila.
Padilla admitió, en una entrevista publicada por el Consejo Mundial del Boxeo (WBC, en inglés) la semana pasada, que favoreció intencionadamente a Pacquiao en aquél combate dándole más segundos para recuperarse de un K.O, y confesó que lo hizo porque “muchos filipinos estaban viendo el combate“.
Sin embargo, Pacquiao -que luego se recuperó del nocaut y acabó imponiéndose a Hussein para alzarse con el título WBC del peso gallo- rechazó las declaraciones y aseguró que, como boxeador, sólo hizo “lo que tenía que hacer”.
“Yo soy un boxeador, sólo hago mi trabajo dentro del ring. Eso (la trampa) es su problema, no el mío“, agregó el púgil filipino, de 43 años.
La controvertida contienda es considerada clave para la fulgurante carrera de Pacquiao, ya que gracias a ella pudo defender el título del peso gallo en dos ocasiones, así como cambiar de categoría y enfrentarse al campeón supergallo Lehlo Ledwaba en 2001, en un combate que lo catapultaría a la fama internacional.
Pacquiao se consagró en el mundo del boxeo como el único ganador de doce títulos mundiales en ocho categorías diferentes y, a lo largo de su carrera, se alzó campeón en el peso mosca, supergallo, pluma, superpluma, ligero, superligero, wélter y superwélter.
En 2010, pasó a combinar el ring con la política tras ser elegido congresista y, seis años después, senador, aunque colgó los guantes en definitiva el año pasado para dedicarse a la campaña para las elecciones presidenciales de Filipinas, en las que obtuvo 3,6 millones de votos pero fue derrotado por el actual mandatario, Ferdinand Marcos Jr.