Las maletas que llevaban la cocaína no iban asignadas a ningún pasajero de los vuelos seleccionados entre Asunción y Madrid. La organización había conseguido contactos entre el personal del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi para que alguien las metiera clandestinamente en las bodegas de los aviones que cubren la ruta comercial entre la capital paraguaya y Madrid. Ya en Barajas, un mozo de equipajes se encargaba de retirar la valija adecuada y, como en Asunción, evitar todos los controles de seguridad.
La Policía Nacional actuó y encontró 24 kilos de cocaína y 120.000 euros en efectivo en el equipaje. El mozo, uno de los siete detenidos en la operación Larios, era el primer eslabón para iniciar la distribución por Madrid y la Costa del Sol, en este caso por carretera. A Marbella, cómo no, donde estaba asentado el grueso de la banda y su líder, un cuarentón sin antecedentes, salido de la nada, pero con una gran capacidad para mover drogas y quemar dinero. En los momentos claves, como en el último envío, Alejandro se trasladaba a Madrid, donde lucía sus sudaderas de 700 euros, sus prohibitivos pelucos y se alojaba en el Eurostars Tower.
Pista hasta Marbella
Los investigadores de la Udyco-Costa del Sol y la Udyco Central llegaron hasta él y sus principales colaboradores a través de un subalterno. Los seguimientos los llevaron hasta dos viviendas de Marbella, otra de Estepona y una cuarta en Chilches (Vélez-Málaga). Los registros más productivos se produjeron en el primer municipio. Los perros no tardaron en marcar 26 kilos más de cocaína de la de siempre, la blanca, y casi 8 kilos de tusi, el segundo mayor alijo de este alucinógeno sintético interceptado en España tras los 13,25 kilos que la Guardia Civil localizó el pasado verano en Ibiza.
Es el segundo mayor alijo de este alucinógeno sintético interceptado en España tras los 13,25 kilos que la Guardia Civil localizó el pasado verano en Ibiza
Aunque también es conocida como cocaína rosa, sus efectos están a medio camino entre el LSD y el MDMA y su consumo está asociado a las élites por su elevadísimo precio. Un agente que ha participado en la operación explica que el gramo se puede llegar a vender por entre 150 y 200 euros, por lo que el alijo de tusi localizado en Marbella podría generar en la calle, sin adulterar, entre 1,2 y 1,6 millones de euros. Por su parte, los 50 kilos de cocaína, que en bruto tendrían un valor aproximado de un millón de euros, generarían en el mercado negro no menos de 2,5 millones de euros.
Los registros también aportaron nueve vehículos, móviles, relojes de lujo, otros 110.000 euros en efectivo, un arma de fuego y 500 cartuchos.