Magnus Carlsen es una máquina: por tercera vez ganó la Triple Corona de los mundiales de ajedrez clásico, rápido y blitz

Magnus Carlsen avisó meses atrás que, falto de motivación, no defendería su condición de campeón mundial. Entonces la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) organizará un match entre el ganador del torneo de candidatos, el ruso Ian Nepomniachtchi, y el segundo, el chino Ding Liren, previsto para abril de 2023. El escaso carisma de estos dos jugadores hace más señalada la decisión del noruego, que no fue tomada de buen grado por los popes de la entidad.

En cambio, el escandinavo sí se presentó en el mundial de partidas rápidas y de blitz, en Almaty, Kazajistán. Carlsen habitualmente aboga por la disminución de los tiempos de juego, de modo de hacer más atractivo el ajedrez para el gran público. A él este tipo de juego le resulta más entretenido, y muestra una superioridad tan marcada como la que ejerce en el más solemne ajedrez clásico.

Más allá de su transgresora remera que alude a Lionel Messi, el ruso Ian Alexandrovich Nepomniachtchi carece de carisma y no es una figura atractiva para la Federación Internacional de Ajedrez (Twitter/)

En las rápidas cada jugador cuenta con 15 minutos para toda la partida y le son automáticamente agregados 10 segundos por cada movida realizada. Así, una partida de –digamos– sesenta jugadas en este ritmo dura alrededor de cuarenta minutos. Es tiempo suficiente como para trazar una fina estrategia y plasmar un buen rendimiento.

El blitz es otra cosa. Cada jugador cuenta con tres minutos para toda la partida, con dos segundos agregados por jugada efectuada. Es vertiginoso, casi no hay tiempo para pensar, y hay que “mover las manos”. En este ritmo se lucen los jugadores muy decididos, con gran capacidad de síntesis.

Obviamente, ambas modalidades, y sobre todo el blitz, conllevan un importante componente azaroso, lo cual no fue obstáculo para que Carlsen sumara dos nuevos jalones en su cadena interminable de éxitos. Puede que pierda alguna partida en medio de la competición; así le sucedió también esta vez, ya que cayó una vez en el torneo de rápidas y dos en el de blitz. Pero cuando es indispensable ganar, gana siempre, como lo hizo en la última rueda de ambos certámenes, para asegurarse el triunfo final.

El estadounidense Hans Niemann, de 19 años, tiene una mala relación con Carlsen, pero al noruego no lo afecta lo externo al tablero y sigue mostrando que es el mejor de todos, por buena distancia. (Crystal Fuller _ Saint Louis Chess Club/)

Es la tercera vez que Carlsen obtiene la triple corona, que consiste en ganar a la vez los campeonatos de ajedrez clásico, rápido y blitz. Con 32 años, está en una edad óptima para jugar al ajedrez, pero afronta el peligro de la falta de motivación, lo cual podría alejarlo del juego en busca de nuevos desafíos.

En este tipo de competencias siempre hay que superar momentos de riesgo. Por ejemplo, en la primera fecha del campeonato de blitz, Carlsen llegó dos minutos y medio tarde al tablero para hacer el primer movimiento frente al húngaro Richárd Rapport, y le restaron apenas treinta segundos en el reloj para jugar toda la partida, que, como se aprecia en el siguiente video, ganó con autoridad y suficiencia.

Carlsen ganó los mundiales sin despeinarse. Bueno, algo parecido.

 

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