Luis Enrique Martínez no celebró la clasificación para los octavos de final del Mundial 2022 por la manera que llegó. La derrota le dolió y reconoció que no estuvo nunca pendiente del Alemania-Costa Rica, que fue clave para el pase español.
Lucho preguntó: ¿Hemos estado tres minutos eliminados? Pues no me he enterado. De saberlo, me hubiera dado un infarto”. El míster no estuvo pendiente, por tanto, de los minutos de zozobra en que Costa Rica se puso por delante en el marcador.
El entrenador estaba enojado por el arranque del segundo tiempo “en el que si llegan a necesitar dos goles más, nos los marcan. No celebro derrotas. Y los cuadros van cambiando. No tengo nada que celebrar”. Lucho habló de “cinco minutos de descontrol total y diez de pánico“.
El entrenador recordó que “esto es un Mundial y cuando Japón no tenía nada que perder, fue con todo y volaron como aviones”. El asturiano entiende que cuando un rival arriesga como hicieron los nipones “no hay una solución mágica para arreglarlo”
“No hay nada que celebrar”
Pese a todo, Lucho levantó la cabeza y recalcó que “el duelo lo pasaremos esta noche. Nada hay nada que celebrar, pero esto tiene que servir de aviso porque que esto va a pasar. Si nos ponemos por delante, Marruecos arriesgará otra vez y puede pasar esto”.
En cuanto al polémico segundo gol de Japón, en el que pareció que el balón había salido claramente, el entrenador tiró de ironía: “He visto una foto y debe estar trucada o manipulada…pero respeto máximo. He notado que algo raro pasaba cuando el VAR tardaba tanto”.
De los diez minutos de desconcierto de su equipo, Lucho también tuvo su momento de distensión cuando dijo que “menos mal que el colapso ocurre una vez cada cuatro años, sino el nene no aguanta”
En cuanto al próximo rival, Marruescos, explicó que “es la sorpresa y revelación del Mundial, quizá junto a Australia. Hay que prepararse al máximo, quedarán 16 equipos y hay que mejorar”.