Luis Enrique es un ganador. Y un valiente. Y estas cualidades de su carácter las ha trasladado a una selección que ha acabado asumiendo la particular personalidad del técnico. Esta noche España se juega ante Japón su clasificación para los octavos de final del Mundial. Con un empate le vale. Pero el equipo español saldrá a por la victoria. Sin especular. Fiel a su modelo futbolístico. Con una idea y un estilo que ha conseguido recuperar la ilusión de los aficionados. Luis Enrique compartió ayer una reflexión sobre su manera de entender el fútbol: “Lo veo como un show. La gente quiere goles, acciones de peligro… Interpreto el fútbol de esta forma. Me gusta atacar siempre. Si luego las cosas no van bien, no pasa nada… Es mi filosofía”. El técnico asturiano lo tiene muy claro: a un Mundial se viene a disfrutar, no a sufrir.
Y como más se disfruta, por supuesto, es ganando. Y jugando bien. Que es lo que ha hecho hasta ahora la selección española y lo que intentará hacer también hoy ante los japoneses. Y, por supuesto, en los cuatro siguientes partidos en el caso de llegar hasta la final. España ha puesto de acuerdo a la mayoría de aficionados, técnicos y periodistas que están en Qatar: es el equipo que mejor fútbol practica y eso le hace favorito. Aunque siguen existiendo los ‘anti Luis Enrique’, que mantienen sus críticas absurdas, a veces manipuladas y otras veces ruines, con el único objetivo de desestabilizar al seleccionador. Pero no lo van a conseguir. Con el optimismo que desborda el entrenador, nada ni nadie le impedirá gozar de esta experiencia única. Hoy, los octavos esperan a Luis Enrique y a sus fieles soldados. La gloria del título cada vez está más cerca.
Un título al que también aspira Argentina, después de que ayer derrotara a Polonia y lograra su clasificación para la siguiente ronda. En el mejor partido que ha disputado hasta ahora, la selección albiceleste, liderada por un gran Messi, logró un triunfo reivindicativo. Tras la humillación ante Arabia Saudí y el mal juego ofrecido frente a México, Argentina realizó una exhibición de fútbol ofensivo ante un conjunto polaco que salió derrotado al campo y que logró su pasaporte a octavos por los pelos (gracias a la diferencia de goles con los mexicanos). Messi, a pesar de fallar un penalti, demostró que mantiene muy vivo su sueño de conquistar su primera Copa del Mundo. Está a cuatro victorias de conseguirlo.