La lucha contra la crisis climática (o, dicho de otra manera, la aplicación de medidas para descarbonizar la economía, reducir la contaminación y transitar hacia las energías limpias) requerirá una inversión ingente de dinero pero, aun así, apostar por este camino saldrá más barato que hacer frente a las consecuencias de la crisis medioambiental desatada por nuestra especie. Este es el gran llamamiento que lanza el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas sobre el presente y el futuro de la crisis climática. “Si actuamos ahora, aún podemos garantizar un futuro sostenible y habitable para todos“, destaca Hoesung Lee, presidente de la institución.
La última gran entrega de los informes realizados por el mayor grupo de expertos del mundo sobre cambio climático incide, una vez más, en la amenaza que supone la crisis climática para la humanidad y en la necesidad de tomar acciones más contundentes para frenar el avance de esta crisis global. “Los planes de adaptación y mitigación frente al cambio climático han avanzado en los últimos años pero aun así siguen siendo insuficientes para hacer frente a esta crisis”, destaca el análisis publicado este lunes. “Necesitamos cerrar la brecha entre lo que estamos haciendo y lo que necesitamos hacer para hacer frente al cambio climático”, añade el informe.
El panel de expertos que ha liderado este último análisis destaca que “existe suficiente capital” para desplegar todas las medidas de adaptación y mitigación necesarias para luchar contra la crisis climática pero que todavía falta “eliminar las barreras” y aumentar los esfuerzos para “redirigir los fondos hacia la acción climática”. “Los beneficios asociados a la descarbonización de la economía global son tan o más grandes que el coste de la inacción y, por tanto, de los impactos climáticos”, destaca el investigador Pep Canadell, director ejecutivo del Global Carbon Project en declaraciones al Science Media Center (SMC) tras la publicación de este último informe.
Resiliencia climática
¿La receta para salvar el planeta? Los expertos apuntan al llamado desarrollo resiliente. Es decir, la idea de que, por un lado, urge frenar la emisión de gases de efecto invernadero y, por otro lado, aplicar medidas para adaptarse a los diferentes impactos del cambio climático. Esto incluye, por ejemplo, las medidas enfocadas a reducir el tráfico en las ciudades ya que, por un lado, lograrían reducir los niveles de polución atmosférica en las grandes ciudades y, por el otro, ayudarían a mejorar la salud de las personas. En este sentido, los científicos recuerdan que ‘sale más barato’ aplicar medidas para mejorar la calidad del aire que tener que lidiar con todas las enfermedades y los problemas de salud pública derivados de respirar un aire contaminado.
El diagnóstico de los expertos es claro. Si queremos salvar el planeta y sus habitantes ante un futuro de extremos climáticos urge aplicar “cambios transformadores” tanto a escala industrial (en sectores como la alimentación, la energía y el transporte) como a una escala más individual (con cambios de hábitos y de estilos de vida). “Es más probable que los cambios transformadores logren su cometido cuando todo el mundo trabaja junto para lograrlo y cuando los beneficios y las cargas se reparten de forma equitativa”, destaca Lee, como portavoz del IPCC, tras la presentación de este último informe.
Hoja de ruta
La hoja de ruta para esquivar la catástrofe climática sigue siendo la misma: el mundo debe reducir a la mitad sus emisiones para 2030. Solo así se conseguirá limitar el aumento global de las temperaturas por debajo de los 1,5 grados de media, el conocido ‘umbral’ de seguridad para todas las formas de vida que habitan en el planeta. “Cada décima de incremento de la temperatura provoca un rápido incremento de los peligros climáticos”, recuerda el informe. Los pronósticos apuntan a que el avance de la crisis climática provocará olas de calor cada vez más intensas y frecuentes, más lluvias torrenciales e inundaciones y más fenómenos metereológicos extremos en todas las regiones del mundo. Todo esto, a su vez, podría poner en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas y amenazar la supervivencia de las poblaciones más vulnerables del globo.
En estos momentos se estima que al menos la mitad de las formas de vida del planeta, desde los humanos hasta los animales, está en situación de “riesgo elevado” por el avance de la crisis climática. Los expertos recuerdan que esto se debe al uso desbocado de los combustibles fósiles y al continuo aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera. Para revertir esta dinámica, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático recuerda que disponemos de “múltiples herramientas factibles, efectivas y disponibles ahora” para frenar las emisiones y, a su vez, el avance de la crisis climática. Eso sí, hay que actuar ya.