La mayor fábrica de iPhone del mundo, en China, ha vivido protestas violentas de los trabajadores mientras las autoridades policiales tratan de contener el brote de COVID-19. De esta manera, el país está tratando de compaginar el cierre y la política de “COVID cero” con que la fábrica de Foxconn siga funcionando en esta temporada alta de producción de acuerdo con Ars Technica.
La fábrica de Zhengzhou ha visto como decenas de personas se enfrentaban a los policías en unos duros disturbios en los que las fuerzas policiales eran realmente violentas. De hecho, algunas fotografías muestran trabajadores sangrando por la cabeza después de haber recibido algún golpe.
Esta política de “Cero COVID” ha hecho que mantener una empresa de 200.000 trabajadores produciendo teléfonos sea un auténtico reto para la compañía. El hecho de que haya disturbios genera todavía más inseguridad dentro de Apple, que está teniendo gravísimos problemas para ser capaz de producir los iPhone 14 Pro que la gente demanda.
De hecho, Apple ha tenido que recortar sus expectativas de envíos de cara a lo que queda de año porque la producción se ha detenido enormemente.
