Las salas de cine francesas recuperaron en 2022 tres cuartas partes de su público respecto a las cifras de antes de la pandemia del covid-19, con 152 millones de entradas vendidas, según cifras oficiales difundidas este lunes.
El año que se terminó fue el primero sin cierre de salas por motivos sanitarios en Francia, contrariamente a 2020 y 2021. Pero 2022 fue también un “año de transición aún marcado por la pandemia”, explicó en un comunicado el Centro Nacional del Cine y la Imagen Animada.
Las restricciones sanitarias como el pasaporte de vacunaciones o la prohibición de venta de comida en las salas de cine no fueron levantadas hasta el mes de marzo.
El resultado representa un fuerte repunte respecto a los 95,5 millones de entradas vendidas en 2021 (+59,2%), pero aún sigue poco más de una cuarta parte (-26,9%) por debajo del periodo pre-covid y la media histórica de los años 2017 a 2019 (207,9 millones).
Comparativamente, los cines franceses tuvieron uno de los mejores índices de recuperación del mundo, “con una caída menos fuerte comparada, por ejemplo, con Estados Unidos, Corea del Sur, Alemania, España o Italia”, declaró en un comunicado Dominique Boutonnat, presidente del CNC.
Según las cifras citadas por el comunicado del CNC, en España la caída de la asistencia a los cines era del 40,7% a finales de noviembre de 2022, y en Alemania del 31,6%.
Como en el resto de Europa, los cines franceses se vieron dominados por los grandes éxitos estadounidenses: la segunda parte de “Avatar”, la segunda entrega de “Top Gun” y la película animada “The Minions” fueron las tres películas más vistas en 2022.
Pero porcentualmente, el cine francés sigue siendo el más popular: un 40,9% de las películas en 2022 eran francesas (37,2% de media entre 2017 y 2019), mientras que el cine estadounidense obtuvo un 40,5%.
Globalmente “el conjunto del público volvió a las salas, pero fue más selectivo”, indicó a la AFP Eric Marti, especialista de Comscore, compañía de análisis de audiencia. Las películas estadounidenses fueron el “motor” del sector, mientras que de las francesas, solo las películas “con cierta originalidad” resistieron.
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