Lo que queda de la perversa moción de censura de Vox-Tamames

Un fantasma recorre la política española. Se llama ‘Yolanda Sánchez‘. El martes 21 de marzo, una de las presentadoras del de TVE, sobre las cuatro de la tarde resumía los argumentos contra la moción de censura de Vox de quien llamó, en un lapsus, la vicepresidenta ‘Yolanda Sánchez’. Este miércoles 22, la portavoz del Partido Popular, Cuca Gamarra, protagonista de la guerra cainita dentro del PP entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso -lo que no le impidió atacar del cainismo dentro del Gobierno-bautizó a Yolanda Díaz como la “marca blanca” de Pedro Sánchez. No diremos que un sudor frío recorre a las huestes de Alberto Nuñez Feijóo, no. Pero su futuro electoral depende de “Yolanda Sánchez”, esto es: la alianza entre Yolanda y Sánchez, entre el PSOE y Sumar-Unidas Podemos.

 Si uno se viera obligado a elegir una sola intervención de este martes 21 por su conocimiento del momento exacto en que se encuentra la política española en estos momentos ante las contiendas electorales que se avecinan -sobre gustos no hay nada escrito- ¿cuál podría ser? La de Gabriel Rufián Romero, portavoz de ERC; ¿Por qué? Porque aparte de lo que se considera la principal virtud de un diputados -dar leña al mono- pocas veces estos reúnen la condición de analistas políticos, sea por su obsecuencia al líder o su ideología respectiva.

Gabriel Rufián (Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, 1982) es un diputado-analista político. Y en su primera parte y en el cierre, explicó lo que hay que tener en cuenta para conocer la evolución española ante las próximas elecciones.

“¿Qué creen que van a ver mañana los que vayan a trabajar de todo esto? ¿La verdad? ¿52 ultras aplaudiéndolo todo sin saber por qué? Sí mucha gente va a oír eso, es la verdad. Pero también mucha otra gente va a ver otra cosa. Va a ver a un señor venerable muy preocupado por la deriva autócrata de un Gobierno que gobierna, que pacta, que negocia con los enemigos de España”, explicó con los brazos levantados. “Y eso es lo que va a ver y oír mucha gente. Si somos capaces de escuchar atentamente, se escucha una melodía y les puedo asegurar que hay un montón de gente dispuesta a escucharla: `No somos fascistas, somos patriotas preocupados´. Y podemos echarle la bulla a esta gente [Vox] hasta mañana. No importa. Porque pueden ganar. Señorías, ustedes conocen a gente, gente de clase trabajadora, que está mucho más preocupada, mucho más cabreada por lo que, yo que sé, lo que cobro yo, por mi cargo público, que porque un Rey se ha fugado después de robar durante 40 años. ¿La conocen? Yo sí. ¿Conocen a gente que odian a partidos que votan a favor del salario mínimo interprofesional y que votan a partidos que votan en contra de subir el SMI, cobrando ese salario? Yo sí. ¿Por qué? La respuesta es terrible pero cierta: porque hay un montón de gente dispuesta a votar en contra de sus intereses pensando que vota a favor de sus principios. ¿Pero cuáles? El más poderoso que puede existir en política: la patria”.

Sigamos el razonamiento de Rufián. “Porque, ¿quién no quiere formar parte de una patria, de un colectivo. Pero ¿qué es una patria? ¿Un ejército? ¿un equipo de fútbol ¿un himno? ¿un rey? Lo puede ser todo. Es una bandera. Pero ¿qué pasa con la gente que porta las banderas de esta gente? Quizá la patria es su gente, es el otro, y cómo vive esa gente. Así que veamos lo que ha hecho Vox, los campeones del patriotismo para esa gente. En España hay un 30% de pobreza infantil, 13 millones de pobres, tres millones de parados, hay una media de 100 desahucios al día. Y en España casi todo lo que se come ha subido un 30%. Eso es lo que es España hoy en día. Vox votó en contra de todas las ayudas que salvaron la vida a millones de personas en lo peor de la pandemia. Estos son los patriotas preocupados”.

Y a continuación, Rufián pregunta: “¿Qué te dice Vox?” Y dando un golpecito sobre el atril redondea: “Que si tienes hambre, España; que si no tienes casa, España; que si no tienes trabajo España. Te dice que la patria es tu nuevo Dios y que le tienes que rezar, mientras ellos cierran un hospital. Señor Tamames, buenas tardes”.

Y, en efecto, lo que queda de esta moción de censura es que hasta Ramón Tamames, una persona venerable, ‘Rufiándixit’, dice que se quiere acabar con la patria. La mayoría de la gente ignora quién es el expolítico oportunista Ramón Tamames, sus cambios sucesivos de chaqueta, y su adhesión al programa económico neoliberal en crisis, excepto por una cosa: que ha sido comunista durante una etapa de su vida. Y que, como todos dicen, es un profesor que ha leído y escrito mucho, tiene 89 años y declara que el Gobierno de coalición nos conduce de vuelta a 1936. Rufián cerró su análisis con un aldabonazo: “La gente que escucha a este gente [Vox, PP] a la que le llega la melodía es por su abandono. No me queda tiempo, pero me gustaría hablar de hipotecas y de precios. A ustedes señorías del Gobierno no les va a echar una moción sino la inflación. Y no es de recibo que un ministro de este Gobierno cuando la gente no puede comprar alimentos en un supermercado les diga pues bueno, vete al de enfrente”.

Lo que también queda de la moción de censura es la convergencia entre Yolanda Díaz, su defensa del presidente, del Gobierno de coalición y de los ministros más relevantes, y Pedro Sánchez. El PP ya se imagina el cierre del mitin de la campaña electoral de las generales de enero de 2024 con Yolanda Díaz y Pedro Sánchez juntos. Por cierto, ¿por qué no? Tampoco sería mala idea.

La gente que puede votar contra su propio interés entronca con una idea de la historiadora norteamericana ya fallecida Barbara Tuchman. Y es la política contraria al propio interés que suelen practicar los gobiernos, descritas en su libro ‘La marcha de la locura. De la guerra de Troya a Vietnam’, publicado en 1984 (RBA Libros). “Un fenómeno notable a lo largo de la historia, independientemente del lugar o tiempo, es la búsqueda, por parte de los gobiernos, de políticas contrarias a sus propios intereses. Parece que la humanidad se comporta peor a nivel de gobiernos que en cualquier otra actividad humana. El Gobierno sigue siendo el área más importante de la locura porque es allí donde los hombres buscan el poder sobre los demás, solo para perderlo sobre sí mismos”.

También la historiadora Tuchman tenía su diagnóstico para esto: “Pero no importa cuán iguales puedan parecer dos alternativas, siempre hay libertad de elección para cambiar o desistir de un curso contraproducente si el político tiene el coraje moral para acometerlo. No es una criatura destinada a estallar por el capricho de los dioses homéricos. Sin embargo, reconocer el error, reducir las pérdidas, alterar el rumbo, es la opción más repugnante del Gobierno”.

El Gobierno de Pedro Sánchez tiene la idea de que puede ganar las elecciones con la respuesta positiva a aquella célebre pregunta que le dio una victoria arrasadora al republicano Ronald Reagan en el debate con el demócrata Jimmy Carter el 28 de octubre de 1980. “¿Están ustedes mejor de lo que estaban hace cuatro años?” fue la mágica pregunta. Pero es que a finales de 2023 habrán pasado cuatro años desde 2019, el año que precedió a la pandemia del coronavirus. El covid-19 y las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania han alterado todo. Por tanto, la comparación no es la misma.

Un broche para el cierre de la parte del análisis de Rufián sobre la patria podría ser el diálogo de Ingrid Bergman (Alicia) y CaryGrant (Devlin) en una famosa película de Hithcock de 1946. “No me interesa el patriotismo, ni los patriotas. Llevan la bandera en una mano y con la otra van vaciando los bolsillos a la gente”.

 

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