Fridolina Rolfö fue la autora del gol de la victoria del Barça en el clásico. Sin que le temblase el pulso, la futbolista sueca se cargó el equipo a la espalda y, con su sangre fría habitual, ejecutó un penalti que vale prácticamente una Liga.
La ‘16’ azulgrana ha sido la encargada de lanzar las penas máximas en los dos últimos partidos en casa. El primero fue ante el Valencia, en la anterior jornada de Liga y a pesar de que Salma podía hacer el hat-trick, y el segundo ayer, contra el Real Madrid. “Tenemos una lista con un orden preestablecido”, explicaba Jonatan Giráldez.
Lo cierto es queRolfö ha dado un paso adelante este curso. Se encuentra en un gran momento de forma, números y, sobre todo, confianza. Tanto propia como por parte del técnico. Y ha cogido peso en el vestuario. Es de las futbolistas más importantes de la plantilla y está asumiendo cada vez más galones.
EL ATAQUE, POR LA IZQUIERDA
Más allá del gol, el papel de la de Kungsbacka fue clave para cosechar la undécima victoria del Barça en un clásico. Toda la ofensiva del Barça fue por su banda. Salma, de extremo, probó con un juego más interior, bien asociada con las centrocampistas y pisando área, y dejó todo el carril para la sueca. Como está acostumbrada a jugar cuando están Pina o Mariona en el campo. De las botas de ambas nacieron las acciones de mayor peligro, pero el equipo no estuvo tan bien como siempre en el último pase.
NO PASÓ NADIE
El otro nombre propio del clásico fue el de Mapi León. ‘Motomapi’, le cantaban. Un apodo que mezcla perfectamente lo que es la defensa aragonesa -poderío, confianza y seguridad- y el significado del disco de Rosalía que protagonizaba la camiseta del Barça ante el Real Madrid.
Mapi fue la mejor del clásico. Si el conjunto blanco no se acercó prácticamente al área de Sandra Paños fue en gran parte gracias a ella. “O ellas, o el balón”, le rondaría por la cabeza, un pensamiento que confiesa tener siempre presente en los partidos. Ni Weir, ni Linda Caicedo, ni Oroz, ni Esther, ni Feller lograron batir a la central azulgrana, que no falló tampoco en las ayudas a Torrejón, su pareja en el eje central de la zaga durante 67 minutos.
Y además fue la futbolista que más ocasiones tuvo. Encargada de ejecutar las acciones a balón parado, estuvo a punto de anotar dos veces. Una, desde el córner. La otra, en una falta. Si llegan a entrar, el apodo de ‘Motomapi’ se hubiese quedado durante mucho tiempo.
