Esta fotografía muestra la naturaleza en su estado más salvaje y puro. En ella, se aprecia a una hembra de leopardo que había cazado a un babuino en el Parque Nacional South Luangwa de Zambia.
La cría del primate aún permanecía viva, aferrada instintivamente al cuerpo de su madre. Igor Altuna, el autor de la imagen, observó cómo el depredador caminaba tranquilamente de regreso con ambas presas hacia su propio cachorro.
Cuando llegó con su trofeo de caza, el pequeño, como suele ser habitual en muchos felinos, jugó instintivamente con el bebé babuino durante más de una hora antes de matarlo. Fue casi como si le hubieran ofrecido presas vivas para una lección de caza.
La impactante fotografía es otra muestra de la crudeza de la naturaleza; una naturaleza en la que a veces la supervivencia no es más que una moneda lanzada al aire donde el prosperar de algunos individuos, como el pequeño leopardo, implica la muerte del joven babuino y su madre. De haberse salvado ambos, quizá los condenados hubieran sido el leopardo y su cría. Esta vez el juego de cara y cruz le favoreció a ellos.
Fotografía finalista en la categoría: People´s Choice del certamen Wildlife Photographer of the Year 2022 organizado por el Museo de Historia Natural de Londres.