Los 27 países de la Unión Europea (UE), el G7 y Australia acordaron el viernes imponer un precio máximo de 60 dólares al barril de petróleo ruso, una medida inédita con la cual se proponen privar a Moscú de una importante fuente de financiación para la invasión de Ucrania.
El tope de precios, que se negoció previamente a nivel político entre la UE y el G7 (Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Francia, Alemania, Japón y Canadá) más Australia, entrará en vigor con un embargo de la UE sobre el crudo ruso a partir del lunes.
El embargo impedirá los envíos de crudo ruso en buques cisterna a la UE, que representan dos tercios de las importaciones, lo que reduciría las arcas de Rusia para la guerra en miles de millones de euros.
“El G7 y Australia (… ) llegaron a un consenso sobre un precio máximo de 60 dólares estadounidenses por barril para el petróleo crudo de origen ruso transportado por mar, en la misma línea de” la Unión Europea, anunció el G7 en un comunicado.
El grupo aseguró que con esta decisión cumple su promesa de “evitar que Rusia obtenga ganancias de su guerra agresiva contra Ucrania, apoyar la estabilidad en los mercados energéticos mundiales y minimizar los efectos económicos negativos de la guerra de Rusia”.
Polonia, que reclamaba un precio mucho menor, retiró finalmente sus objeciones y el representante polaco ante la UE, Andrzej Sados, confirmó el acuerdo de Varsovia el viernes en la noche.
El dispositivo fue elaborado en coordinación con los países del G7 de las economías occidentales más avanzadas, y en particular con Estados Unidos, Reino Unido y Australia.
La Casa Blanca saludó el pacto que según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, “ayudará a limitar la capacidad de (el presidente ruso Vladimir) Putin de beneficiarse del mercado petrolero para financiar una máquina de guerra que continúa matando ucranianos inocentes”.
Rusia ha recaudado 67.000 millones de euros (unos 70.000 millones de dólares) de sus ventas de crudo a los países de la UE desde el inicio de la guerra de Ucrania en febrero, según Phuc-Vinh Nguyen, experto en temas energéticos del Instituto Jacques Delors.
Esa suma es mayor al presupuesto militar anual de Rusia, que ronda los 60.000 millones de euros.
Las aseguradoras europeas tampoco podrán firmar pólizas superiores a ese tope de 60 dólares. Esta medida apunta a limitar los ingresos obtenidos por Rusia de sus exportaciones a países como China e India, que no imponen ningún tipo de sanciones a Moscú.
Rusia es el segundo exportador mundial de petróleo y, sin esas medidas, le resultaría fácil hallar nuevos mercados.
Los países del G7, por su lado, brindan servicios de seguros al 90% de la carga mundial y la UE es un actor importante en el transporte marítimo. Esa posición les proporciona un elemento disuasorio creíble, pero representan también un riesgo de perder mercados frente a nuevos competidores.
– Impacto limitado –
El barril de petróleo de los Urales, principal referencia del crudo ruso, se cotiza actualmente en torno a los 65 dólares, apenas por encima del tope impuesto por la UE, por lo cual la medida tendrá un impacto limitado a corto plazo.
Polonia, un estrecho aliado e Ucrania, proponía fijar un tope a 30 dólares, según varias fuentes.
Pero las potencias occidentales deben tener en cuenta los intereses de las aseguradoras británicas y de los armadores griegos de buques mercantes.
También debieron tener en cuenta la necesidad de que el tope fijado sea superior al de los costes de producción, para evitar que Rusia corte sus exportaciones.
“Imponer un tope a los precios del petróleo, es algo nunca visto. entramos en terreno desconocido”, apuntó el experto Phuc-Vinh Nguyen.
Putin advirtió la semana pasada de las “graves consecuencias” que acarrearía cualquier intento de imponer un tope al precio del petróleo de su país.
Algunos expertos temen una desestabilización del mercado petrolero mundial y se preguntan cuál será la reacción de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que se reunirán el domingo en Viena.
Rusia ya ha advertido que no entregará petróleo a los países que pretendan imponer un precio tope a sus exportaciones del hidrocarburo.
– Reforzar el embargo –
La UE ya había decidido prohibir a los países del bloque comprar petróleo ruso por mar a partir del 5 de diciembre. Esta medida eliminaría dos tercios de las compras europeas de crudo ruso.
Esos instrumentos llegan varios meses después de los embargos al crudo ruso impuestos por Estados Unidos y Canadá.
Alemania y Polonia ya habían decidido igualmente poner fin a sus importaciones a través de un oleoducto antes de fin de año.
Con ese arsenal de medidas, un 90% de las exportaciones rusas de crudo a la UE se verán afectadas, según expertos europeos.
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