ROMA.- Sigue la inquietud por el estado de salud de Benedicto XVI, papa emérito, de 95 años, que está grave, como anunció al mundo el propio papa Francisco el miércoles pasado, cuando al final de la audiencia general pidió a todos los fieles rezar por él, porque “está muy enfermo”.
Según el parte médico difundido hoy por el vocero del Vaticano, Matteo Bruni, la situación de Joseph Ratzinger es “estacionaria”.
“El papa emérito anoche pudo descansar bien. También ayer por la tarde ha participado de la celebración de la santa misa en su habitación. Al momento su condición es estacionaria”, dijo Bruni, en un escueto parte médico que difundió a las 15 locales (las 11 de la Argentina).
El papa emérito Benedicto XVI llega a la Plaza de San Pedro en el Vaticano para asistir a una ceremonia, el 19 de octubre de 2014
En medio de gran hermetismo -lo esperable tratándose de un papa emérito, que renunció al trono de Pedro el 11 de febrero de 2013-, fuentes conectadas a quienes asisten al expapa alemán hicieron trascender que el bloqueo renal que, al parecer, complicó su cuadro de salud ya frágil, se habría solucionado.
Aunque el estado de Benedicto, que fue decayendo en los últimos años debido a la avanzada edad y achaques normales –con dificultades de vista, habla, movilidad y demás-, sigue siendo complejo.
Benedicto es asistido por su secretario privado, el arzobispo alemán, Georg Ganswein y cuatro mujeres consagradas del grupo Memores Domini, del movimiento de Comunión y Liberación.
En el parte médico de ayer, el Vaticano había hecho saber que el papa emérito había podido descansar bien, que estaba “absolutamente lúcido y atento” y que, “aún siguiendo graves sus condiciones”, la situación era estable.
Algunes versiones habían indicado antes que Ratzinger estuvo inconsciente en un momento y, quizás por eso, el Vaticano mencionó que estaba lúcido y atento.
El Papa emérito Benedicto XVI, el 1° de diciembre
Los vaticanistas, que siguen lo que a todas luces podría ser una agonía del Pontífice que saltó a la fama por su paso al costado, intentaban dilucidar por qué en el parte de hoy desapareció la palabra “grave”. Aunque el término “estacionario” -quizás también traducible como “estable”- parecía indicar que no había habido mejora alguna y que, por lo tanto, seguía grave.
Obispos de todos el mundo, incluso los de la Argentina, respondieron al pedido de rezar por Benedicto -teólogo de renombre, profesor universitario y autor de diversos libro-, que lanzó el miércoles el papa Francisco, quien sigue con atención la evolución de su predecesor y que el miércoles último fue a visitarlo al Monasterio Mater Ecclesiae, donde vive, en los Jardines Vaticanos.
Como se anunció ayer, esta tarde se celebrará una misa solemne en la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, por Bendicto, para acompañarlo “en el momento del sufrimiento y de la prueba, invocando al Señor para que lo consuele y sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final”.