La Copa es la competición que nunca deja de sorprender. Y sino que se lo digan a Osasuna que asaltó La Catedral con un gol en la prórroga del canterano Pablo Ibáñez para acceder a su segunda final de la historia.
El fútbol premió la magnífica temporada de Osasuna, clasificado para la final de la Copa del Rey que se disputará el próximo 6 de mayo en La Cartuja de Sevilla.
Los rojillos hicieron un ejercicio de supervivencia en San Mamés. Primero conservando la ventaja de la ida lograda por Abde, y después frenando a un Athletic desatado tras el 1-0 de Iñaki Williams.
Un método sin precedentes
Los de Pamplona son el primer equipo que acceden a la final tras disputar cuatro prórrogas. En cuartos ante el Sevilla, en octavos ante el Betis, en dieciseisavos ante el Nàstic, además de las de semifinales ante el Athletic.
Una capacidad de superación heroica que lleva a los de Arrasate a la segunda final de su historia, tras la que disputó en 2005 ante el Real Betis.