En la última mitad de esta semana de mediados de abril tendremos una breve incursión en lo que podría considerarse la normalidad primaveral. Chubascos y tormentas que empezarán a verse el jueves y que se intensificarán el fin de semana con la llegada de un frente más intenso.
El domingo, día de Sant Jordi, se esperan lluvias en varias zonas de Catalunya. No supondrá ninguna panacera para la alarmante sequía, pero sí un alivio. Pero será muy breve.
Los modelos predictivos a medio plazo apuntan la posibilidad de que las lluvias y chaparrones primaverales den paso a un episodio de calor con registros impropios del mes de abril, y más habituales en plena canícula. De confirmarse estos pronósticos, nos encontraríamos ante un episodio de calor histórico a estas alturas del año.
“Bastante preocupante”
“Los mapas dibujan una situación excepcional a partir del próximo lunes tras los chaparrones”, como recuerda el meteorólogo de Meteored Samuel Biener. Según los vaticinios, una masa de aire muy cálido asociada a una potente cresta anticiclónica avanzaría sobre la Península y los archipiélagos. “Un panorama bastante preocupante para la época”, sentencia Biener.
De cumplirse estos pronósticos, la temperatura a 1.500 metros de altitud sería de 12 a 14 ºC por encima de lo que sería normal.
Los modelos utilizados por Meteored apuntan la posibilidad de que el valle del Guadalquivir pudieran acercarse localmente a los 40 ºC a mediados de la semana que viene, mientras que en otras capitales del centro y sur rondarían o superarían los 35º. Incluso en el litoral cantábrico pasarían de los 30º. El pico de calor se produciría entre el miércoles y el viernes.
