Con una magnífica jugada surgida de la pizarra de Mike Budenholzer para la canasta ganadora de Brook López, los Milwaukee Bucks se llevaron ‘in extremis’ la victoria ante los Dallas Mavericks en un nuevo duelo entre Giannis Antetokounmpo y Luka Doncic (105-106). Con un punto abajo a falta de 9 segundos, los Bucks, ya con Antetokounmpo eliminado por faltas, se sacaron de la chistera un ‘alley-oop’ desde el saque de banda de George Hill para un López que sentenció el triunfo.
Doncic falló un triple lejanísimo y sobre la bocina para haber ganado el partido. El esloveno se marchó muy enfadado al vestuario después de que su equipo dejara escapar la victoria con un imperdonable desacierto en los tiros libres (10 de 24 en todo el partido, 7 de 15 en el último cuarto). Doncic, que regaló una de las jugadas de la noche con un mate tremendo sobre Jrue Holiday, acabó con 33 puntos, 6 rebotes y 11 asistencias. Por su parte, Antetokounmpo solo metió 5 puntos en la primera mitad, resucitó en la segunda parte hasta acabar con 28 puntos y 10 rebotes, pero fue eliminado cuando todavía quedaban cinco minutos por jugarse.
Milwaukee (19-6) sumó así su cuarta victoria consecutiva mientras que Dallas (13-12) perdió tras tres triunfos seguidos.
Doncic golpea, Antetokounmpo responde
Dallas pisó el acelerador desde el salto inicial y, en menos de cinco minutos, todo su quinteto titular ya había estrenado su casillero de puntos. Pero el que empezó a tope de revoluciones por encima de todos fue Doncic, excelente con 16 puntos y 4 rebotes en el primer periodo. La respuesta de Milwaukee no corrió esta vez por cuenta de Antetokounmpo, que solo metió 5 tantos en el periodo inicial, sino de Jrue Holiday (10 puntos) y de la segunda unidad (Bobby Portis y Pat Connaughton se combinaron con 9 puntos). Con un 33-32 camino del segundo periodo, el partido continuó por aguas de máximo equilibrio, sin diferencias grandes y con un tira y afloja constante en medio del desacierto generalizado.
El banquillo de Dallas, con Christian Wood como referente, mantuvo el nivel mientras que Khris Middleton emergió en los visitantes con 10 puntos en ese segundo cuarto. En cualquier caso, los dos conjuntos se desangraron en la puntería (menos del 30% en tiros de campo en ese segundo periodo) y el partido se marchó al descanso con una ventaja escueta de Milwaukee (42-58).
Las defensas se impusieron a los frustrados ataques en el arranque del tercer cuarto hasta que Doncic despertó de golpe. Primero con un precioso pase por la espalda para un triple de Maxi Kleber y después con un descomunal -e impropio de él- mate al contraataque por encima de Holiday, el esloveno catapultó a los Mavericks con un incontestable 36-21. La mayor diferencia estuvo en el control de los Mavericks (habían perdido 8 balones en el segundo cuarto y no concedieron ninguno en el tercero) y su acierto en el perímetro (5 de 11 en triples para Dallas y 1 de 7 para Milwaukee). Llegaron lanzados los Mavericks al último cuarto (84-73) y Spencer Dindiwddie echó aún más leña con otro mate tan inesperado como el de Doncic pero igual de espectacular.
Antetokounmpo resurgió en el desenlace tras sus problemas en la primera parte -provocados en gran medida por la sólida defensa local-. El gigante griego se inventó canastas imposibles en la pintura y comandó un 0-8 que igualó el duelo a 94 con siete minutos en el reloj. Doncic volvió de su descanso pero los Mavericks habían perdido tanto su frescura en ataque, donde ya no les entraba ningún triple, como su contundencia atrás. En cambio, Antetokounmpo se mostraba insaciable en la ofensiva de los Bucks, derribando a rivales una y otra vez, pero cometió su quinta falta con cinco minutos por jugarse. Su sexta falta llegó al intentar taponar sin éxito un triple de Tim Hardaway Jr. y Antetokounmpo se fue del partido a 2.55 del final.
Sin su líder al frente, los Bucks flaquearon. Así, Doncic puso a los suyos por delante con una penetración ante López con solo 29.6 por jugarse y Middleton falló un triple justo después, pero Dorian Finney-Smith erró a continuación dos tiros seguidos. Sin embargo, entonces apareció la magia desde el banquillo de Budenholzer, que diseñó una jugada perfecta para López que selló el triunfo visitante.