La Organización Trump, la empresa inmobiliaria del expresidente de Estados Unidos y aspirante presidencial republicano para 2024 Donald Trump, ha sido declarada este martes culpable de los 17 cargos de fraude fiscal y otros delitos financieros que enfrentaba en un caso penal abierto por la fiscalía de Manhattan.
Tras cinco semanas de juicio y algo más de un día de deliberaciones en el Tribunal Supremo Estatal neoyorquino, un jurado ha emitido el veredicto. Este ratifica las acusaciones de que la empresa de Trump alteró a lo largo de 15 años desde 2005 los libros de cuentas y ocultó prestaciones que daba a algunos directivos en forma de bienes como coches de lujo, apartamentos o matriculaciones en escuelas privadas para familiares. Eran pagos que no se declaraban y por los que no se pagaban impuestos.
El caso se planteó en julio del año pasado con la imputación de dos entidades de la compañía de Trump y de Allen Weisselberg, el consejero financiero y durante décadas íntimo aliado de Trump. A cambio de una sentencia reducida a cinco meses de cárcel en lugar de los 15 que enfrentaba, Weisselberg se declaró culpable de 15 cargos en verano y ha sido uno de los testigos fundamentales de la fiscalía en el proceso.
Golpe personal a Trump
Weisselberg nunca señaló a Trump y aunque el expresidente personalmente no estaba encausado la decisión judicial de este martes, la condena a su organización tanto por fraude como por una trama para defraudar, conspiración y falsificación de registros empresariales, supone un golpe indudable para él, acechado también por otros frentes legales e investigaciones.
Aunque la pena máxima que puede enfrentar la organización es solo de 1,62 millones de dólares, la empresa, cuyos abogados han anunciado inmediatamente que recurrirán la condena, puede verse ahora en más apuros para conseguir créditos o prestamos. Y el nombre de Trump se ha invocado repetidamente a lo largo del juicio.
Los fiscales le han acusado de haber pagado personalmente algunos de los beneficios que recibían los ejecutivos y han asegurado que llegó a aprobar un aspecto crucial de la trama en una organización en la que, han asegurado, había una “cultura de fraude y engaño”.
La condena en este caso también puede fortificar otra investigación más amplia abierta sobre las prácticas empresariales de Trump, imputado junto a tres de sus hijos en un caso civil planteado por la fiscalía del estado por haber inflado o infravalorado los resultados de la compañía para obtener créditos o ventajas fiscales. También está bajo la lupa un pago que se realizó antes de las presidenciales de 2020 para silenciar a dos mujeres que habían alegado tener relaciones sexuales con Trump y que podría haber vulnerado leyes de financiación de campaña.