La Justicia pidió la captura internacional del hermano de Miguel Ángel Cherutti

El juez Daniel Rafecas solicitó la captura internacional de Daniel Oscar Cherutti, hermano del humorista Miguel Ángel Cherutti, por delitos de lesa humanidad. Cherutti formó parte de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) durante la última dictadura.

Tras la solicitud, la Policía Internacional (Interpol) publicó una alerta roja sobre su búsqueda que detalla el listado de los crímenes que se le imputan. Está acusado de haber perpetuado delitos en tres centros clandestinos de detención. Uno de ellos fue “Automotores Orletti”, en el barrio porteño de Floresta.

Daniel Oscar Cherutti representó a su hermano, humorista consagrado, en los inicios de su actividad artística. (Prensa LaFlia/)

Según Interpol, Cherutti está acusado, “en calidad de autor”, de “privación ilegal de la libertad” de 108 personas, privación ilegal de la libertad agravada de siete personas durante más de un mes, “aplicación de tormentos” sobre 104 y, además, la “sustracción” de dos niños. Además, se le atribuye la comisión “en calidad de cómplice primario”, del homicidio agravado de 19 personas.

Cherutti, de 75 años, es oriundo, al igual que el cómico, del distrito bonaerense de Cañuelas. Llegó a ser su representante en los inicios de su actividad artística. En la actualidad, se encontraría en Italia, según publicó el sitio Infocañuelas. En 2011 se instaló en la provincia de Novara, región de Piemonte, con la intención de abrir un restaurante.

Causa

El juez Rafecas, titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal N°3, avanzó sobre Cherutti después de detener a Patricio Finnen, un exagente de la SIDE, acusado de delitos de lesa humanidad y también por participar del desvío de la investigación por el atentado de la AMIA.

La causa se originó como resultado de un documento desclasificado de la CIA, un expediente de la justicia militar de hace 40 años, y unos mails de un espía de la SIDE. A raíz de eso, los investigadores descubrieron un centro clandestino manejado por la SIDE, del que no se tenían noticias hasta 2020. Funcionaba en una casa de Floresta, ubicado en Bacacay 3570.

A raíz de eso, Rafecas dispuso la detención de Finnen y la de otros cinco exintegrantes -entre ellos Cherutti- de la SIDE por su actuación en el “centro Automotores Orletti” durante la década del ‘70. Pero, además, se investiga su accionar en el centro clandestino de Bacacay 3570, que estaba ubicado en una casona de la vuelta, y en Pomar y Chiclana, otro lugar de detención.

El centro de detención que funcionó en Bacacay 3570

Como publicó LA NACION, a raíz del caso, fueron detenidos Luis Nelson González, conocido como “Pinocho”, enlace de la SIDE con el Poder Judicial; Rubén Héctor Escobar, César Estanislao Albarracín y Hugo Ángel Carlet. Cherruti no fue alcanzado por la Justicia debido a su residencia en Europa. Por eso es que se recurrió a Interpol.

Esta causa, que fue investigada por la secretaria Albertina Carón, del juzgado de Rafecas, permitió describir la actuación de la SIDE como uno de los brazos armados de la dictadura, donde tuvo actuación Aníbal Gordon, jefe de la Triple A, un delincuente común que pasó a comandar Automotores Orletti y fue el más cruel de los represores que mataba por cuenta del Estado y secuestraba en beneficio propio. Murió condenado a prisión perpetua. El jefe de la SIDE desde 1976 fue Carlos Otto Paladino, un general del Ejército que hasta entonces había sido jefe de inteligencia del Estado Mayor General de esa fuerza.

El centro de detención que funcionó en Bacacay 3570

La investigación sobre el centro de Automotores Orletti, que funcionó entre junio y noviembre de 1976 en la calle Venancio Flores 5721/19, se inició en 2004. Allí ocurrieron crímenes de los más aberrantes de la dictadura, con más de 70 homicidios incluidos el de Marcelo Gelman, hijo del escritor argentino Juan Gelman, y los diplomáticos cubanos Crescencio Galeñena Hernández y Jesús Cejas Arias. Los mataron, desnudaron, colocaron sus cuerpos en tambores de 200 litros, rellenos con cal y cemento, y los arrojaron en el Río Luján y el canal San Fernando, donde la Prefectura los vio y eso permitió descubrir los cuerpos.

 

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