Nuestro planeta recibe alrededor de cien toneladas de materia extraterrestre al día en forma de granos de polvo. El 99 % de estos granos tienen un tamaño aproximado de entre 0,05 y 0,5 milímetros y se desintegran al cruzar la atmósfera, causando unos fenómenos luminosos que se han convertido en un espectáculo que popularmente se llama “lluvia de estrellas”. Las Leónidas, que pueden depositar 12 o 13 toneladas de partículas en toda la Tierra, es una de las más importantes del año.
Las Leónidas toman su nombre de la constelación Leo, que es el punto desde donde la lluvia de meteoros parece irradiar, y se producen cada año entre el 6 y el 30 de noviembre, alcanzando un máximo de intensidad cada 33 años. Aunque el presente año nos encontramos justo en el punto intermedio del ciclo, la Organización Internacional de Meteoros prevé una lluvia espectacular y sugiere que la mejor oportunidad para contemplarlo se dará las noches del 17 y 18 de noviembre, con una tasa horaria zenital (THZ) de entre 10 y 15 meteoroides por hora.
Si bien las Leónidas son más visibles en el hemisferio norte, también la América Latina podría disfrutar de este fenómeno durante las noches. Además, una fase menguante de la Luna va a permitir una mejor visibilidad en general.
Las Leónidas se producen cada año entre el 6 y el 30 de noviembre, alcanzando un máximo de intensidad cada 33 años.
Las lluvias de estrellas se producen cuando la Tierra se encuentra, durante su viaje alrededor del Sol, con corrientes de escombros de cometas o, eventualmente, asteroides. En este caso, las Leónidas son pequeños fragmentos del cometa 55p/Tempel-Tuttle, descubierto 1865, que al chocar con la atmósfera terrestre producen un resplandor luminoso.
Las partículas más pequeñas originan fugaces rayos que atraviesan el firmamento. Los fragmentos más grandes, que pueden medir unos 10 mm de ancho y tener una masa de 0,5 g, pueden crear bolas de fuego tan luminosas como Venus. Sea como fuere, el color de estos meteoros es generalmente rojizo, son muy rápidos (72 km/s), ya que la Tierra los encuentra de frente, y con frecuencia dejan tras sí una estela de color verde.
¿Cuándo y dónde mirar?
No deja de ser irónico que, en fechas tan próximas como el siglo XVIII, la gente no creyera en la existencia de meteoritos; ni siquiera los científicos. Ahora, sin embargo, estos espectáculos se han convertido en acontecimientos de relevancia tanto social como científica. Por ejemplo, en la trama de «Un Halloween aproximado», el episodio 2×18 de Malcolm in the Middle, gira en torno a un intento de ver las Leónidas.
Como se dice en el propio capítulo, la franja horaria ideal para asistir a este evento astronómico es de 1:00 a 3:00 de la madrugada. Después de permitir que los ojos se ajusten a la oscuridad, se recomienda mirar hacia el noreste, en dirección opuesta a la Luna, a fin de que su resplandor no moleste. Resulta opcional escuchar mientras el clásico Stars Fell on Alabama, una canción que ha sido interpretada por al menos cien cantantes y que es un homenaje a las Leónidas que cayeron en noviembre de 1833, la más espectacular que se recuerda con más de cien mil meteoros por hora.