El Papa ha nombrado como nuevo prefecto de la Secretaría para la Economía de la Santa Sede al español Maximino Caballero Ledo, en sustitución del sacerdote Juan Antonio Guerrero Alves, que ha dimitido por “motivos personales, según ha informado el Vaticano.
Caballero Ledo, que ya era el número dos de la Secretaría, está casado y tiene dos hijos, y será el segundo laico que ocupa este puesto. Tanto Caballero Ledo como Guerrero Alves son extremeños.
La renuncia de este último se hará efectiva este jueves 1 de diciembre y el Pontífice ha agradecido “calurosamente” a Guerrero la “dedicación mostrada en su servicio a la Santa Sede”.
Precisamente, el nuevo prefecto llegó al Vaticano de la mano de Guerrero, con quien comparte una amistad desde la infancia, tras dejar un puesto de gran responsabilidad en la empresa Baxter Healthcare Inc. en Estados Unidos.
Nacido en Mérida (Badajoz), ha desarrollado su carrera profesional en el área de las finanzas. Después de terminar la licenciatura de Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Autónoma de Madrid, cursó un MBA (Master en Administración de Empresas) en la Escuela de Negocios de Barcelona (IESE). Trabajó durante 20 años entre Barcelona y Valencia, como responsable financiero de varios países europeos, Oriente Medio y África. En el año 2007 se trasladó con su familia a Estados Unidos, donde ha residido hasta la actualidad.
Tras el nombramiento de Paolo Ruffini al frente del Dicasterio para la Comunicación -el organismo que coordina todos los medios editoriales, de información, comunicación y multimedia de la Santa Sede- Caballero Ledo se convierte en el segundo laico que dirige un organismo vaticano.
En una entrevista con los medios del Vaticano, ha afirmado que pensar que la Iglesia es solo cosa de curas y monjas y que los demás son “meros espectadores” es algo muy generalizado.
“Sin embargo, los fieles laicos tenemos una labor muy importante que desarrollar dentro de la Iglesia. Todos somos miembros del mismo cuerpo y todos tenemos nuestra misión –ha agregado–. Para mí, poder colaborar con la Santa Sede, al servicio del Santo Padre, es un honor y una gran responsabilidad”.