Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿Yolanda Díaz será la candidata de Podemos a las generales?”Lo decidirán las primarias, pero ella ha mostrado su predisposición, dentro del proceso de confluencia para recomponer todo el espacio del cambio.
¿Yolanda Díaz es su candidata a las generales?Es mi candidata, la persona con mejores condiciones y atributos. Estoy de acuerdo en esto con Pablo Iglesias, que fue quien la propuso para la sucesión.
¿Habla con Iglesias para que module su rechazo a Díaz?Hablamos regularmente. No puedo desvelar el contenido de las conversaciones, pero la opinión de Iglesias es notoria por su proyección mediática.
No tengo claro que Iglesias sea hoy positivo para Podemos.Jajaja. Sin Pablo no habríamos llegado hasta aquí, pero pertenece al pasado sin dejar de elogiar su autocrítica. Este momento histórico va en dirección de líderes como Yolanda.
Fue usted teniente de alcalde de Ada Colau, hoy acompaña a Yolanda Díaz.Son dos mujeres excepcionales, de personalidad fuerte y que sobresalen por encima de la media. Asumen la misión ingrata del liderazgo, los Comuns no tendrían la alcaldía de Barcelona sin Ada.
¿Y sin Yolanda Díaz?Difícilmente obtendremos un gran resultado en las generales sin ella. Pablo es nuestro pasado, Yolanda es nuestro futuro.
La moción de censura ha propulsado a su candidata.Yolanda ha demostrado su altura de líder con visión de Estado. La moción le ha servido de carta de presentación y le ha permitido coser tensiones internas.
Se sentó usted a unos pocos metros de Tamames.Vi un hombre mayor, al final de sus días, sabio, con muchas lecturas, vanidoso, que se ha dejado instrumentalizar por una cuestión de ego, con tics reaccionarios. Y respetuoso.
Usted también sustituyó a Iglesias, en el Congreso.Él me propuso que le sucediera como presidente del Grupo Parlamentario cuando dejó el cargo.
Han sido tiempos difíciles para la izquierda.No está siendo fácil, nunca lo ha sido el entendimiento entre diferentes corrientes, cada una con su protagonismo singularizado.
Vamos hacia un mapa de microizquierdas estériles.La pulsión o tentación de la izquierda siempre ha sido la fragmentación pero, ante la posible llegada al poder de los nostálgicos del franquismo, no podemos permitirnos las pasiones tribales ni el narcisismo de las pequeñas diferencias. Primará el sentido común.
¿Por cuánto han perdido la guerra del ‘solo sí es sí‘?Hemos de hacer autocrítica. Ha habido mucho ruido, la gente no nos ha entendido, ha faltado hacer más pedagogía y destacar que las mujeres no están mejor protegidas con un Código Penal más severo, sino con medidas como las que implantamos en Barcelona y que han llevado a la cárcel a Alves. Como dice Zapatero, hay que darle tiempo a la ley.
¿En qué momento conciliador es demasiado conciliador?Siempre he buscado el pacto entre diferentes sensibilidades, y tengo a gala servir de puente. En tiempos en que te posicionas o te posicionan, milito en el partido de los matices. Es incómodo.
¿Podría haber sido usted ministro?Sí, podría, pero no quise. No forma parte de mis deseos personales, no siento esa ambición.
Declaró usted ante Marchena en el procés.Expliqué mi papel como teniente de alcalde de participación democrática de Barcelona. Fue una experiencia un poco desagradable, porque no me dejaba responder. Después de haber interrogado yo mismo a centenares de testigos, vi que la sentencia estaba claramente dictada de antemano. Marchena trataba con desdén a determinados testigos, yo incluido.
¿De repente han aparecido cuatro millones de franquistas?Los motivos para votar a la ultraderecha son muy dispares. Vox y Cataluña se retroalimentan. Sin el independentismo, sería poca cosa, pero si gobernara una España muy extrema, se convertiría en una fábrica de independentistas. Con el PP en solitario, la mitad de los catalanes se pronunciaron por la independencia, con PP/Vox pueden multiplicarse.
En realidad, está usted aquí como mallorquín.Mis raíces están en Manacor y en Sineu, mi madre y mi hermano viven en Mallorca. He construido mi catalanidad a partir de una visión mallorquina del Mediterráneo.
¿Su carácter tiene algo de mallorquín?Me gustaría pensar que sí, con Mallorca y con la empatía de mi madre. Mi carácter es ondulante como quería Montaigne, mi adorado Camus sostenía que el temperamento es suavizado por el mar donde navegábamos en llaüt con mi padre.