Japón está considerando gastar alrededor de 5 billones de yenes (cerca de 35 mil millones de euros) para desplegar misiles de largo alcance desde 2023 a 2027.
El plan del Gobierno de Fumio Kishida apunta a un programa de “capacidad de contraataque”, tras el auge de las tensiones en la región por la acumulación militar de China y los lanzamientos de misiles balísticos de Corea del Norte.
De la cantidad presupuestada en el plan, al menos un billón de yenes se utilizará para ampliar el alcance de los misiles guiados de superficie de barco, así como para diversificar las plataformas de lanzamiento.
Alrededor de 800.000 millones de yenes se destinarán para el desarrollo de armas aéreas de alta velocidad para la defensa de las islas del sur del archipiélago, además de misiles hipersónicos.
En esta línea, el partido gobernante se ha fijado el objetivo de casi duplicar el gasto de defensa del país al dos por ciento del PIB, que actualmente se limitaba al uno por ciento, al mantener una postura de seguridad limitada mediante la Constitución a la autodefensa.