Internet cumple hoy 40 años. La red de redes que nadie vio venir y cambió nuestras vidas para siempre

Nuestro pionero inesperado de esta semana no es una persona, aunque resultó del esfuerzo de miles de personas. Se llama Internet y hoy, justo hoy, primero de enero, cumple 40 años.

Es probable que veas por ahí un número de aniversarios, al punto que daría la impresión de que la red de redes nació como seis o siete veces. Pero eso es porque, dada la complejidad de estos asuntos, a veces, sin mala intención, se confunden un poco las cosas. Fijate: Arpanet se puso en marcha a las diez y media de la noche del 29 de octubre de 1969. Fue la antecesora de Internet, razón por la que, no sin razón, la celebramos. Pero funcionaba de una forma muy diferente. Arpanet conectaba computadoras, mientras que Internet, como verás enseguida, conecta redes.

Un mapa de nodos y destinos de la Arpanet inicial; los dos primeros fueron la UCLA y el Stanford Research Institute (BBC Mundo / Getty Images/)

La migración de Arpanet a Internet se completó el 1° de enero de 1983. Sí, cuando todo el mundo celebraba el año nuevo y no pocos intentaban sacarse de encima la resaca de los festejos de la víspera. Los que han venido al mundo un primero de enero (como un querido amigo mío) lo saben; dos por tres se olvidan de saludarlos.

Pero pasaron más cosas. Internet, que había nacido el 1° de enero de 1983 (y ese es su único aniversario), no era fácil de usar. Hasta que llegó la Web. Pergeñada por Tim Berners-Lee sobre la base de ideas que venían dando vueltas desde la década del ‘60, sus varios onomásticos vinieron a complicar las cosas. Porque no tiene uno. Sino cuatro. Berners-Lee la propuso en 1989; en 1990 la hizo andar; en 1991 empezó a usarse dentro y fuera del Consejo Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), donde Tim trabajaba, y en 1993 la donaron al mundo. Si a esto le sumamos que, dada su ubicuidad, es muy fácil confundir la Web con Internet, el cóctel ya está servido, y con al menos seis años diferentes: 1969, 1983, 1989, 1990, 1991 y 1993. Google nacería en 1998, y Facebook saldría a la cancha global en 2006, lo mismo que Twitter.

Tim Berners-Lee durante una conferencia en el CERN el 12 de marzo de 2019

Otra historia

También es cierto que una red no se pone en marcha tan fácil como un ventilador. Son estructuras sumamente complejas basadas en cientos de miles de líneas de código, por lo que la mudanza de Arpanet a Internet iba a ser un proceso largo al que había que ponerle una fecha oficial de cierre. Eso ocurrió hace hoy exactamente 40 años. Técnicamente, el 1° de enero de 1983 se completó la migración de la tecnología usada en Arpanet a la de Internet. E hilando un poco más fino, ese fue el día en el que Arpanet empezó a usar los protocolos TCP e IP.

¿O sea que no son lo mismo, pero más rápido o algo así? No. Conceptualmente son diferentes, aunque, para volver este tema algo más abstracto, hay un punto en el que son idénticas.

Así que simplifiquemos. ¿En qué eran iguales Arpanet e Internet, dejando de lado los detalles técnicos más complejos? En que ambas encapsulan la información (por ejemplo, un audio de WhatsApp) en paquetes de datos. O sea, no se manda la información en bloque, sino dividida en paquetes que viajan de forma independiente y, de ese modo, vuelven a las conexiones más resistentes a fallas y más versátiles. Vos podés estar leyendo esta nota mientras recibís mensajes de WhatsApp y una alerta meteorológica, todo a la vez, porque esa información viene en paquetes, en lugar de capturar la conexión completa mientras se las transporta del origen al destino.

Una vista de la llegada del acceso del cable submarino Tannat a la costa bonaerense de Las Toninas, el punto de conexión de la Argentina con Internet

¿Y en qué eran diferentes Arpanet e Internet? ¿Realmente hacía falta cambiar de tecnología de forma tan rotunda? Sí, claro. Los ‘70 fueron los años fundacionales de la miniaturización, que dio origen al cerebro electrónico y a computadoras cada vez más pequeñas y accesibles. Fueron también los años en los que nacieron desde Intel (1968) hasta Apple (1976) y Microsoft (1975).

Pues bien, ese vertiginoso proceso, que viví en persona durante mi adolescencia, iba a traer un cambio de paradigma. Al principio, cuando nació Arpanet, las universidades, empresas (algunas pocas, en realidad, como IBM) y los organismos de gobierno tenían una computadora. Una sola; o unas pocas; digamos, una por sede. Esa computadora era compartida por todos los estudiantes y empleados, y alcanzaba con conectar esa máquina (no explicaremos ahora cómo) con las máquinas de las otras organizaciones para poder, por ejemplo, mandar y recibir mails. El email nace, precisamente, en 1971.

Pero entonces la miniaturización empezó a acelerar las cosas y de pronto ya no había una sola computadora en un edificio. Había muchas. Esa universidad o aquel banco ya no tenían un mainframe, sino varias computadoras conectadas en red. Es más: ¡muy pronto las personas empezarían a tener sus propias computadoras! Fue una cosa increíble. Increíble en serio. Tengo claro el recuerdo de muchas personas en posiciones de mucho poder despreciando con un gesto elocuente todo eso de la informática porque “era una moda pasajera”. Lo mismo dirían, menos de diez años después, de Internet. Hoy hay decenas de miles de millones de dispositivos personales conectados y mas de 5000 millones de individuos con acceso a Internet. Vaya moda pasajera.

Una de las primeras PC originales de IBM. El venerable armatoste era miles de veces más lento que un celular de hoy, pero se vendió 50 veces más rápido de lo que había calculado su fabricante (GENTILEZA/)

El caso es que empezaron a multiplicarse las redes. Todas ellas diferentes en términos de tecnología. Muy pronto Arpanet iba a ser una pieza de museo. Joven, pero obsoleta. Así que, a principios de la década del ‘70, Bob Kahn y Vinton Cerf, considerados los padres de Internet, se pusieron a diseñar ese salto de fe. Arpanet había probado que la conmutación de paquetes (eso de dividir la información en paquetes de datos) funcionaba. Pero se venía un mundo de redes (cuánta razón tenían) y había que crear nuevas reglas de juego. Es decir, nuevos protocolos.

En 1973 se pusieron a trabajar en una idea disruptiva, llamada internetworking, de donde viene la palabra Interne; es decir, conectar redes entre sí. Hacia 1977 los nuevos protocolos estaban funcionando. Ese conjunto de protocolos, en cuyos detalles técnicos no entraremos, llevan el nombre de los dos principales: TCP e IP. Internet es sinónimo de TCP/IP, y cuando ya estaban lo suficientemente probados, llegó el gran momento: migrar de los protocolos NCP que usaba Arpanet a los TCP/IP de Internet. Esto, sin que nada dejara de funcionar.

Justo a tiempo

Ese proceso se completó, como estaba previsto, el 1° de enero de 1983. La fecha no puede ser más significativa. Casi nadie hablaba de computadoras y de redes todavía, fuera del ambiente de los hobbistas, los entusiastas, los first adopters y los ingenieros, así que los titulares se ocupaban del volcán Kilauea, de las Brigadas Rojas, condenadas en Italia por el asesinato de Aldo Moro, y del arresto del criminal nazi Klaus Barbie en Bolivia. Diez meses después del nacimiento de Internet, la Argentina celebraría la histórica elección de 1983, que marcó el regreso de la Nación a la democracia.

Cierre de campaña de Raúl Alfonsín en la Av. 9 de Julio en 1983; diez meses antes había nacido Internet (ARCHIVO/)

Pero, aparte de los grandes titulares, había aquí y allá signos de un cambio monumental. Por ejemplo, una computadora personal (¿una qué?) lanzada dos años antes, en agosto de 1981, se estaba vendiendo a tasas tan altas que ni el mismo fabricante había podido predecir. Ese mismo enero de 1983 salía al mercado la hoja de cálculo Lotus 1-2-3, que se convertiría en el caballito de batalla para disparar todavía más las ventas de las PC de IBM. Los planetas se estaban alineando, y hacia finales del siglo XX, en lugar de autos voladores y colonias espaciales, la civilización estaba a punto de dar un golpe de timón por completo inesperado (aunque algunos escritores de ciencia ficción los previeron, como Silverberg, Heinlein y Bradbury). Ese golpe de timón se llamaba Internet, y solo unos pocos sabían de su existencia, aunque lo cambiaría todo. Incluso el balance de poder en el planeta, al punto que estas tecnologías hoy son severamente fiscalizadas o directamente prohibidas por los regímenes totalitarios.

Todavía no lo sabíamos, pero el 1° de enero de 1983 empezó un proceso que llevaría a que un día, en el mediano plazo, ibas a poder sacar un aparatito de 150 gramos de tu bolsillo y comunicarte con quien fuera, a la hora que fuera, sin importar las distancias ni las fronteras.

Pagar con QR también es Internet (Shutterstock/)

Internet fue la gran pionera inesperada del siglo XX, que modela el siglo XXI de formas por completo imprevistas; un solo ejemplo: si el Covid hubiera llegado en 1980, habría sido mucho más desastroso de lo que fue. El mundo siguió funcionando, con todo y la tragedia que trajo el coronavirus, gracias a Internet. La pandemia catalizó también la tan mentada, pero hasta 2019 nunca realmente puesta en práctica, transformación digital. Que puedas pagar escaneando un QR, por ejemplo. Eso también es Internet.

Visionarios y soñadores

La red de redes tiene un gran número de progenitores. Desde Joseph Carl Robnett Licklider, que concibió la simbiosis persona-máquina, hasta Paul Baran, que desarrolló la idea de la conmutación de paquetes, a la que Leonard Kleinrock le daría sustento matemático antes de poner en marcha la primera conexión de Arpanet. Por supuesto, Kahn y Cerf, autores de los protocolos TCP/IP, pero también el enorme Douglas Engelbart, que vio primero que nadie que las máquinas debían ser fáciles de usar para cambiarles la vida a las personas. Y Jon Postel, claro, que fue el primero de nuestros pioneros inesperados.

La Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) hace referencia a todos los dispositivos conectados que no parecen computadoras, pero que en el fondo lo son. Se calcula que este año llegaremos a los 15.000 millones de dispositivos IoT

Pero la lista de pensadores, ingenieros y científicos que hicieron posible que estés leyendo esta nota en tu celular (o que te la lea en voz alta, mientras manejás, asistido por un programa que habla con satélites de GPS) es enorme. Por eso, y en representación de todos esos pioneros que en algunos casos se adelantaron tanto a su tiempo que los trataron de locos, hoy, cuando Internet cumple 40 años, los celebramos en conjunto, porque cada uno puso su parte y porque Internet, como me dijo una vez Vinton Cerf, fue un experimento que se escapó del laboratorio y en el que cooperaron miles de personas. A todos ellos, feliz cumpleaños.

 

Generated by Feedzy