Alice Kellen rechaza las etiquetas con las que se encasillan sus libros, pero no puede desprenderse de la de ser la lectora más vendida de 2022 en España. La joven valenciana rebosa sencillez y naturalidad, como sus obras, que se centran en lo cotidiano, los afectos, los vínculos y las emociones. En marzo ha publicado ‘Donde todo brilla’ (Planeta), la historia de Nicki y River, llena de vaivenes y personajes secundarios que viven en un frío pueblo costero.
Sorprende la rapidez con la que publica, porque sacó la ‘Teoría de los archipiélagos’ en noviembre y en marzo ha visto la luz ‘Donde todo brilla’. ¿Es la velocidad a la que crea o tiene escritos de más?Esto tiene trampa porque la de noviembre la escribí hace dos años y es muy cortita. Ahora voy a una novela por año y pasará a ser cada año y medio, voy a espaciar. Pero, si fuese por mí, cada día me levantaría y dedicaría cinco o seis horas a estar delante del ordenador; lo que más me gusta es escribir.Ahora, ¿cómo lo hace?Pues está montado de la siguiente manera: ahora tengo una fase promocional, con gira, entrevistas, redes sociales… y a partir de octubre es la fase creativa. Me encierro en mi casa y no voy a ningún sitio, no atiendo a ningún medio… porque siempre surgen propuestas, y hay que poner límites. Necesito esos meses de estar en casa, tocar menos redes sociales, no atender nada externo y simplemente levantarme y saber que lo que tengo que hacer es escribir. Entonces, ¿se encierra para poder escribir?Yo parto el año en dos: la fase promoción y de escritura. Entiendo que sale el libro y lo tienes que defender, pero para que ese libro salga hay que tener ese paréntesis.Tomando el título del último libro, ¿qué cosas brillan para Alice Kellen? Para mí hay personas que brillan, emociones, el amor, la amistad, los recuerdos, la infancia mucho… Me gusta fijarme en lo que se nos olvida cuando crecemos, como el brillo del mar o de las motas de polvo que entran por la ventana; detenerte un instante y lo que simboliza. ¿Una de las diferencias de esta obra con otras es el número de personajes?Sí, no me suelen gustar mucho los secundarios y en esta quise dar un toque coral, donde tuvieran peso y que la historia de los protagonistas se viera desde otros ojos: de la familia, de alguien del pueblo o de una persona que pasa por ahí… que narran algún capítulo y le dan una visión un poco más amplia. Y, como le ocurre a los protagonista, ¿suele pasar que la vida lleva a dos personas por caminos diferentes y luego las vuelve a juntar?A veces sí. Hay amistades de la infancia con las que, no sabes muy bien por qué, los caminos se bifurcan. La adolescencia, juventud, madurez implican muchos cambios: experimentas, pruebas, conoces a mucha gente… y no siempre es todo un camino recto. A mí me ha pasado volver a conectar y retomar la relación.En algunos casos, quizás, también hay que ser valientes, como Nicki y River, para volver. Sería muy fácil si lo tuviéramos todo claro en la vida y dijésemos exactamente lo que pensamos, sin sutilidades; pero no es así, los seres humanos —no sé por qué— somos supercomplejos y siempre nos guardamos cosas…El pueblo del libro, Cape Town, no existe pero se inspira en Maine (EE UU). ¿Por qué ahí y no en el Mediterráneo, por ejemplo?Surgió viendo un reportaje sobre la pesca de la langosta y luego vi la película Manchester frente al mar. Me gustó muchísimo ese entorno de pueblo duro, de clima frío y hostil. Tenía que ser ahí porque quería hablar de eso. Aveces no sabes exactamente por qué, coges un hilo, vas tirando, lees, te llama la atención… Una cosa te lleva a la otra.Sus libros se venden en más de 30 países y pronto llegarán, precisamente, a EE UU. ¿Esto le da cierto vértigo? ¿O es un país más?El mercado estadounidense no es fácil, sobre todo para alguien de fuera. A ver qué pasa, pero lo enfoco con bastante prudencia. Quizás nos sorprenda, pero sí que da vértigo aunque lo vivo como algo un poco ajeno.Es la escritora más leída en España en 2022. ¿Eso tiene más mérito ahora que hace unas décadas, con las plataformas, internet…?En cierto sentido sí, pero también es verdad que en esta época hay mucha información y todo llega muy rápido. Internet también es muy potente para promocionar, sobre todo cuando te diriges a un público más joven. Se juega con esa ventaja y el boca a boca no solo se transmite en la calle, también en las redes sociales.Y su estilo, ¿cómo ha cambiado estos años? Vas evolucionando porque las novelas van creciendo conforme lo voy haciendo yo; no te interesan los mismos temas y buscas algo nuevo, un reto que te motive. Por eso en las últimas novelas, la tendencia es que sean un poco más adultas; me inquietan y me pregunto por cosas que no lo hacía con 20 años.¿Qué es lo próximo que leeremos?No lo sé, porque estoy con varios proyectos empezados pero todavía no me he decidido, estoy probando. Tengo varias ideas que me gustaría que saliesen, pero todavía no he encontrado el lugar adecuado.¿Siente presión al saber que los lectores esperan sus obras?Lo que me genera más presión es pensar que voy a hacer algo diferente que no les vaya a gustar. Me estresa, pero soy incapaz de no hacerlo, es un punto egoísta y creativo de querer divertirte y que te llene. Me angustia pensar que vas cambiando y hay lectores que no te siguen al mismo ritmo y vas a decepcionar. Esta no es la novela más arriesgada.¿Y no le gustaría probar otros géneros? ¿Novela negra o infantil, por ejemplo?Claro, me gustaría probar cosas distintas, pero es imposible, porque el tiempo no da para más.Sí que he metido cosas más adultas, que yo encajaría en ficción en general o sentimental . Por ejemplo, infantil me encantaría:algún día escribir cuentos… sería muy guay.Le llaman “fenómeno editorial”, “escritora del amor”… ¿Estas etiquetas le gustan?No las siento como mías, como algo propio, porque al final mi trabajo es escribir, pero comprendo que el mundo funciona así. Hay que promocionar, estar en redes sociales, ser la cara visible… esa otra parte que todos los trabajos tendrán.Entonces, ¿cómo definiría sus libros?Hablan de cosas bastante cotidianas, giran alrededor de los afectos, a los vínculos, las emociones… intento que tengan siempre un toque sensorial, mi esencia, y que cada novela cambie y no sea un refrito de las anteriores.Llama la atención que gaste pseudónimo pero aparezca en fotos…Al principio no hacía nada de esto, yo escribía y ya está. Luego, conforme todo fue creciendo, salí de mi zona de confort, fui a firmas… y al final eres una cara visible. Es como mi nombre artístico, la gente me conoce por ese nombre y si ahora publicara con mi nombre real, mucha gente en la librería no sabría que soy yo. Por ejemplo, si escribiera de otro género y quisiera diferenciar, podría ser una opción para empezar de cero y buscar otro tipo de lector.¿Cómo es encontrarse con los lectores?Son momentos que te cargan de energía. Me sigue sorprendiendo que algo que he escrito le pueda llegar tanto a otra persona, que se tatúen frases o que se emocionen en un momento complicado. Te quedas con la conexión.