Una pintura mural prehispánica con escenas mitológicas fue hallada en el norte de Perú, en buen estado de conservación, en un lugar que los arqueólogos solo habían visto en fotografías tomadas a principios del siglo XX, declararon los investigadores que formaron parte del hallazgo.
El redescubrimiento del mural alcanza un valor excepcional por el buen estado en el que se encuentra, evaluó Sam Ghavami, el investigador suizo que estuvo cuatro años detrás del mural, entre los restos del centro funerario Huaca pintada, en Illimo, un poblado de Lambayeque.
El equipo encabezado por el suizo Sam Ghavanmi trabaja en el lugar hace cuatro años (Photo by Sam Ghavami / AFP) (SAM GHAVAMI/)
”Es un descubrimiento excepcional, porque es poco común poder desenterrar pinturas murales de tal calidad en la arqueología precolombina”, declaró Ghavami, quien agregó que “la composición de esta pintura es única en la historia del arte mural en el Perú prehispánico”. Hallada en octubre, es parte de un templo denominado Huaca Pintada, de la cultura prehispánica Moche, cuyos pobladores veneraban la luna, la lluvia, las iguanas y las arañas.
En el fragmento del mural, de unos 30 metros de largo, se observan con nitidez los colores azul, marrón, rojo, amarillo, negro, blanco y lúcuma (amarillo mostaza) con los que se pintó originalmente, según consignó la agencia de noticias AFP.
La escena representada en el fresco “parece estar inspirada en la idea de una jerarquía sagrada construida en torno a un culto a los antepasados y sus vínculos íntimos con las fuerzas de la naturaleza”, explicó Ghavami, formado en la Universidad de Friburgo. La imagen muestra un cortejo de guerreros encaminados hacia una divinidad central con rasgos ornitomorfos. El valor de este mural radica, además, en el sincretismo estilístico entre dos culturas preincaicas: la Lambayeque, que se desarrolló en la costa norte de Perú entre los años 900 y 1350, y sus antepasados mochicas, que dominaron entre los años 100 a 850.
Un detalle del mural prehispánico (SAM GHAVAMI/)
Los investigadores conocían la existencia de este mural, a través de fotografías en blanco y negro tomadas en 1916 por uno de los etnólogos más importantes que vivía en Perú en ese momento, el alemán Hans Heinrich Brüning. La búsqueda se inició en 2018 con un equipo de estudiantes de la Universidad Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque y el apoyo del Museo Brüning.