Hallan un centenar de frailecillos muertos en las costas del norte de Tenerife

Los frailecillos (‘Fratercula arctica‘) son unas pequeñas aves de pico multicolor que viven en las frías aguas del Atlántico Norte y del Mar del Norte, a más de 3.500 kilómetros de Canarias. Son habituales en las costas del norte de Irlanda y de Escocia, en Islandia o en las Islas Feroe. Sin embargo, en los últimos días, han empezado a aparecer decenas de estas aves en las costas de Tenerife y del resto de las islas. Sólo en la vertiente norte, se han hallado un centenar de frailecillos, la mayoría en el litoral de Los Silos (44) y de La Laguna (46), según ha adelantado el diario ‘Daute Digital’.

La mayoría de estas aves aparecen muertas, pero se han encontrado algunos ejemplares vivos en la mayoría de las islas, “aunque están tan débiles que es muy difícil recuperarlos”, según explica el ornitólogo y naturalista Juan José Ramos. Suelen morir pronto porque llegan en muy mal estado. Ese experto aclara a El Día, que la aparición de frailecillos en estas latitudes es un fenómeno extraordinario, que se achaca a los grandes temporales y borrascas que han azotado en las últimas fechas al Atlántico Norte, “lo que ha coincidido con la época de muda de esta especie, que reduce su capacidad de vuelo y de movilidad“.

De momento, hay constancia del hallazgo de al menos 140 ejemplares muertos en la isla de Tenerife, muchos también en la zona sur: Adeje (11), Güímar (8), Granadilla (6), Arico (5), Santiago del Teide (4), Puerto de la Cruz (3) o Santa Cruz (2). “En Canarias nunca habíamos vivido nada similar y los ejemplares que llegan a tierra, en zonas accesibles, son sólo una mínima parte de los que pueden haberse quedado en el mar. Todas las poblaciones de aves marinas de Europa son muy sensibles a los cambios por el calentamiento global y ya hay varias investigaciones en marcha para determinar qué ha sucedido y si está ligado al cambio climático”, explica Ramos.

El gran número de ejemplares encontrados en la costa de Los Silos y de La Laguna se debe, según Ramos, a «las características del litoral», ya que su configuración facilita que se depositen los cadáveres en zonas más visibles y accesibles para los expertos y voluntarios que peinan la costa en busca de estos animales que han encontrado la muerte a miles de kilómetros de su hábitat natural.

Para colaborar en el éxito de las investigaciones científicas que están en marcha, Juan José Ramos pide a las personas que encuentren uno de estos animales vivo o muerto que “eviten manipularlo y contacten con el Centro de Recuperación de Fauna de La Tahonilla (922 445 780) o con el 112 para que se active el protocolo y el ave sea manipulada por personas con la formación adecuada”. En el caso de ejemplares muertos, se recomienda tomar algunas fotografías y marcar las coordenadas e informar al 112 o a través de la plataforma Redpromar.

La aparición de frailecillos es algo habitual en el Mar Cantábrico, al norte de la península, pero en el arranque de este año 2023 se ha registrado miles de hallazgos en lugares tan poco habituales como Canarias, Madeira o Marruecos. El ornitólogo Antonio Sandoval también alertaba estos días de la “enorme mortalidad de frailecillos atlánticos la semana pasada en el noroeste de España”, donde han aparecido numerosos ejemplares muertos, la mayoría adultos.

 

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