Gobierno y autonomías buscan familias para acoger a 16.000 niños que viven en residencias

El gestación subrogada de Ana Obregón desató una gran polémica porque existen varias opciones de ayudar a niños que no pueden ser cuidados por sus padres y que no implican traer al mundo a un nuevo bebé y pagar a una tercera persona para que lo geste. Esas posibilidades son la adopción o la acogidaLa primera requiere una larga espera, salvo que se opte por un niño con algún tipo de discapacidad. La segunda es la vía por la que están apostando las administraciones y el tercer sector ante la evidencia de que es más conveniente que los niños y adolescentes cuyos padres no tienen la tutela – debido a que, entre otros motivos, los han abandonado o maltratado– convivan en un entorno familiar antes que en una residencia.

Los datos del Ministerio de Derechos Sociales (correspondientes a 2021) indican que 18.455 menores ya viven en España con familias acogedoras pero otros 16.177 están en centros de protección infantil: el 60% españoles y el 40% extranjeros. Es adecuado que algunos de ellos -por sus circunstancias, especialmente los más mayores- permanezcan en este tipo de centros residenciales. Sin embargo, muchos otros podrían vivir en hogares de acogida. El problema es que no hay solicitudes suficientes. El número de ofrecimientos de familias acogedoras se mantiene entre 2.100 y 2.700 (desde 2016 a 2021), lo que ha provocado que el número de niños tutelados que viven en entornos familiares haya mantenido una tendencia descendente desde 2015.

Población infantil y adolescente. |

Para revertir esta caída, Gobierno, comunidades y entidades dedicadas a la infancia están llevando a cabo acciones de sensibilización y formación para fomentar la cultura de la acogida, con la vista puesta en que antes de 2025 todos los menores de 6 años tutelados vivan siempre con familias, según han acordado el Estado y las autonomías. Una tarea difícil porque en 2021 aún 1.039 menores de esa edad residían en centros de protección, donde el grupo de edad más numeroso, no obstante, corresponde al de los jóvenes de 15 a 17 años (9.020 en total).

Tipos de familias

Los datos catalanes están más actualizados e indican que a finales de 2022 había 8.678 menores a cargo de la administración, un número mayor que en los dos últimos años marcados por la pandemia pero inferior al registrado en 2018 o 2019, cuando llegó a haber más de 9.000 niños tutelados por la Generalitat. De los 8.678 menores, el 57% vive en centros y el 41% en hogares familiares, sobre todo en la modalidad que se denomina familia extensa (el 65%), es decir, que se hacen cargo del menor personas que tienen una relación de parentesco, como abuelos, tíos, hermanos mayores, etcétera.

Esta posibilidad es la preferida por las administraciones porque permite a los niños convivir con personas cercanas y mantener su identidad cultural y étnica. Sin embargo, cuando esta opción no es posible, se busca un acogida en familias ajenas, que puede ser temporal (menos de dos años), porque la situación del menor haga prever su reintegración en su propia familia, o permanente, cuando las condiciones así lo aconsejen en pro del bienestar del niño.

Opción solidaria

Cabe destacar que la acogida no busca satisfacer el deseo de una persona de tener descendencia, sino que es una opción solidaria que prioriza, siempre que sea posible, la reintegración del menor con la familia biológica. No obstante, en determinadas circunstancias el niño puede ser declarado adoptable y la acogida termina en adopción.

También existe la acogida de urgencia, especialmente dirigido a menores de seis años y que tiene una duración inferior a seis meses y el profesionalizado, llevado a cabo por personas con cualificación o experiencia para cuidar a menores con necesidades especiales. Asimismo, existe la posibilidad de acoger a un niño a partir de los 9 años los fines de semana y vacaciones. Todas las familias reciben una prestación económica para contribuir a las necesidades del niño. En Catalunya, el mínimo son 650 euros mensuales.

Las campañas

“La acogida hace un bien enorme, le das al niño o adolescente una vida nueva y haces un bien a la sociedad”, asegura Josep María Forné, director general del Institut Català de l’Acolliment i l’Adopció (ICAA). El Govern está fomentando la acogida con campañas, mejorando el acompañamiento a las familias que ya han dado el paso porque “son los mejores altavoces para estimular a otras personas”, diversificando las fórmulas y analizando los perfiles donde es más difícil. Normalmente cuando el menor tiene necesidades especiales o algún tipo de discapacidad o trastorno de conducta. “Acoger significa un compromiso fuerte, no es nada fácil”, admite Forné.

De hecho, los niños que llegan al sistema de protección porque han sido objeto de abandono, negligencia, malos tratos u otras circunstancias traumáticas suele tener, entre otros, déficits afectivos, dificultades cognitivas o para relacionarse y problemas de apego. De ahí que en la acogida intervengan muchos actores y no se deje a las familias solas, según destaca Fabiola Espinosa, técnica de la Fundación IRES, entidad que coopera con el ICAA en proceso de acogida.

La adopción

La especialista explica que uno de los “desafíos” de este tipo de crianza es que los padres acogedores “respeten” a la familia biológica y permitan que no se rompa la relación, por ello cuando lo que motiva a los solicitantes es una “paternidad o maternidad no resuelta”, se les orienta hacia la adopción. Pero la adopción nacional requiere tiempos de espera de unos cinco años y la internacional algo menos, pero ha caído un 260% porque los países de origen priorizan que los niños se queden en su territorio.

Por ello, una de las peticiones del tercer sector es las listas de solicitantes de adopción y acogida sean unitarias, “para que se tenga en cuenta el interés del menor y no del solicitante”. Asimismo, reclaman a las administraciones que todos los menores de tres años tutelados vivan en familias, que las residencias no estén masificadas y que los cuidadores no cambien cada poco tiempo, según expone Benedicto García, vicepresidente de la Asociación Atlas, que trabaja en pro de la adopción y la acogida.

 

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