Los jugadores presentes sobre el césped del Benito Villamarín recitaron una oda al buen fútbol. Siete goles e infinidad de acciones brillantes que se tradujeron en la victoria del Celta sobre el Betis. En un partido que contó con tantos nombres propios, el de Gabri Veiga destacó por encima del resto. El canterano celeste brilló con luz propia, contribuyendo a la victoria de su equipo con un doblete que revirtió la ventaja que hasta entonces atesoraba el cuadro verdiblanco.
El partido se prometía entretenido en la previa, y ambos conjuntos apenas necesitaron unos minutos para cumplir las expectativas. Larsen se encargó de convertir en oro la primera ocasión del Celta. Aprovechando un centro preciso de Carles Pérez, el ariete noruego apareció en el interior del área para conectar una preciosa volea que inauguró las hostilidades.
La alegría celeste, sin embargo, fue efímera. El Betis no se dejó llevar por la presión del marcador adverso y apenas necesitó unos minutos para volver al punto de partida por mediación de Juanmi, que aprovechó un rechace en el interior del área para romper la sequía goleadora que atravesaba desde la primera jornada por culpa de las lesiones.
Las emociones en el Benito Villamarín se estabilizaron hasta que Juanmi aprovechó un error de Aidoo para cambiar el rumbo del partido. El esférico paso por las botas de Guardado y Borja Iglesias antes de llegar a Canales, que puso la guinda a una gran jugada colectiva con un remate sutil.
El listón estético de los goles era alto, pero Gabri Veiga se encargó de superarlo con creces. El canterano celeste superó a Luiz Felipe con movimientos dignos de un malabarista antes de detectar la salida de Rui Silva y definir con una preciosa vaselina que devolvió la igualdad al electrónico.
El paso por vestuarios trajo una versión más ansiosa del Betis. El balón parecía quemar en los pies de los verdiblancos, y esto derivó en una serie de imprecisiones que se tradujeron en ocasiones para el Celta. Migueza y Aspas avisaron primero, pero fue Veiga el encargado de convertir el tanto que materializaba la remontada celeste. El centrocampista apareció desde segunda línea para poner la puntilla para ponerle la puntilla a un gran envío de Larsen.
El Betis apretó en busca del empate. De hecho, lo acarició en un lanzamiento de falta de Fekir. Sin embargo, el siguiente gol del encuentro volvió a ser de color celeste. Aprovechando un rechace de Borja Iglesias a la salida de un córner, Aidoo apareció completamente solo en el interior del área para conectar un testarazo incontestable.
La ventaja era amplia, pero la emoción estaba lejos de terminar. Abner tuvo la ocasión de reducir distancias, pero falló incomprensiblemente en boca de gol. Por suerte para el brasileño, el Betis apenas tuvo tiempo de lamentar este intento, pues en la acción posterior consiguió un penalti a favor por mano de Mingueza. Fekir se encargó de materializarlo para devolver la ilusión al Villamarín en los minutos finales.
Sin embargo, el partido tuvo un cierre que no hizo justicia al espectáculo ofrecido durante los 90 minutos. La tensión originada por el marcador adverso y la presión del cronómetro provocaron un cortocircuito de Luiz Felipe, que se abalanzó sobre Iago Aspas cuando este retenía el balón en las manos para reanudar el juego. La acción fue muy debatida, ya que Del Cerro Grande la interpretó como agresión y expulsó al central brasileño, que aseguró hasta el final que no llegó a golpear al delantero.