Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada siria liderada por kurdos, se desvincularon hoy del atentado que ayer causó seis muertos y 81 heridos en el centro de Estambul, y del que Turquía considera como principal sospechosa a una mujer entrenada en su territorio.
“Declaramos que nuestras fuerzas no tienen nada que ver con el atentado de Estambul y rechazamos las alegaciones que nos acusan de ello”, manifestó el comandante general de las FSD, Mazlum Abdi, en su cuenta de Twitter.
En el escueto mensaje, Abdi trasladó sus “sinceras” condolencias a las familias de las víctimas y deseó una pronta recuperación a los heridos.
El Gobierno turco afirmó hoy que la persona que colocó la bomba en la calle Istiklal de Estambul es una mujer siria, que fue entrenada por las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), uno de los principales componentes de las FSD y grupo considerado terrorista por Ankara.
Las autoridades turcas consideran que las YPG y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda de Turquía, son ramas regionales de la misma organización, si bien EE.UU. o la Unión Europea los consideran entes independientes y solo tienen designado como terrorista al PKK.
De hecho, las FSD son un aliado clave de la coalición internacional, liderada por Washington, que lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria e Irak.
La atribución del ataque a las YPG ha renovado los temores a una nueva ofensiva turca contra territorio en manos de los kurdos en el norte de Siria, una operación con la que Ankara lleva meses amenazando y que sería la cuarta en el país árabe desde 2016.
A poco más de seis meses de que se celebren elecciones en Turquía, algunos expertos creen que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, podría esgrimir el argumento de la seguridad para justificar el inicio de una campaña militar contra zonas controladas por las FSD en la nación vecina.
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