El hombre que recorrió España en coche para montar la estructura territorial de Ciudadanos, leal hasta el final a Albert Rivera, se marchó al PP después de la moción de censura en Murcia impulsada por la dirección de Inés Arrimadas. Fran Hervías (Tossa de Mar, 39 años) publica un libro sobre los orígenes del partido y los recientes años tan convulsos (‘Ciudadanos. La historia jamás contada’, de la editorial Península). En esta entrevista da por muertas las siglas naranjas tras las elecciones de mayo y mira al nuevo PP de Feijóo con la satisfacción de ver implementada toda la estrategia que él dejó hecha para Pablo Casado y Teodoro García Egea.
Es libro es “la historia jamás contada de Ciudadanos”. Pero se habrá guardado cosas.Lógicamente. En el libro explico la parte política. No es un libro para ajustar cuentas personales. Son mis vivencias desde los inicios del partido hasta que decidí irme. ¿Se queda con ganas de ajustar cuentas?No, al final las personas que han ido a hacerme daño y que han demostrado su bajeza moral me dan pena. Es gente sin valores ni principios. ¿El fin de un partido destroza relaciones personales?Sin duda. Y la política las destroza, no sólo el fin de un partido. Hay gente que cree que las personas son propiedades de los partidos. Para mí, con la dirección de Inés Arrimadas Ciudadanos pasó unas líneas rojas. Sobre todo, con los acuerdos del Gobierno de Sánchez e Iglesias. Yo tenía dos opciones: agarrarme al sillón y cobrar un sueldo o lo que creí más honesto, dejé el acta de senador y me fui a trabajar a otro sitio.¿Cree que hay diputados que aun viendo traspasadas esas líneas rojas se mantienen?Desde luego. Yo tengo mensajes de diputados nacionales…Pues no hay tantos. En este momento, nueve.Sí, sí. Diputados. Y que criticaron la estrategia de Inés, diciendo que esto no iba a ningún sitio, que querían irse… Por eso digo que no ajusto cuentas. Podría contar muchas cosas, con nombres, pero no es cuestión de arruinar la vida de nadie.¿Qué es lo que dudó si contar o no?He quitado muchas cosas. Había gente que directamente pensé que no merecía salir en el libro. Personas que están hoy en el partido y otras que ya se han ido al PP. Los mismos que me criticaban y se quedaron sin acta acabaron yéndose a pedir un trabajo al PP. Daban lecciones morales constantemente y luego se fueron al PP a pedir un plato de lentejas.
En vista de cómo ha evolucionado todo, ¿creen que se equivocaron impulsando a Arrimadas?A toro pasado, todo es más fácil. Siendo justo creo que no había otra persona. Si no era Inés, quién podía ser. Sabíamos que no era una buena estratega ni una líder, pero sí una buena portavoz. Lo que no esperábamos es que fuera a traicionar los principios del partido. Por la mañana se aprobaba la ‘ley Celaá’ eliminando el castellano como lengua vehicular y por la tarde Arrimadas negociaba los Presupuestos con el Gobierno. No me imagino a Albert Rivera haciendo algo así. ¿La moción de censura en Murcia fue la peor decisión en su etapa?Eso fue la destrucción de Ciudadanos. El equipo de Albert dejó a Inés un partido asentado en las encuestas en el 7%, con cuatro años por delante y con 167 diputados autonómicos, 3.000 concejales, 8 eurodiputados, 7 senadores y 10 diputados nacionales. No está mal. La idea era rehacerse en la legislatura. Los mismos años que tenía ella hasta las siguientes generales son los que tardamos nosotros en construir un partido a nivel nacional. ¿Y la debacle de las últimas generales, aún con Rivera, no afectó para nada?Bueno, es que el partido después de aquello se asentó en un 7% del voto. No es que tuviéramos diez y siguiéramos bajando, es que el partido se mantuvo ahí. En Cataluña los sondeos le daban en torno a 20 escaños, pero le hicieron la jugarreta a Lorena Roldán, designaron a Carrizosa a dedo, y acabaron sacando seis. Usted se marchó al PP tres días después de la moción de censura. Le acusaron de traición.Sí, me acusaron de eso los mismos que traicionaron a Ciudadanos. A mí me ofrecieron muchas cosas para que no me fuera. Me advirtieron que se iban a tomar decisiones muy delicadas y que tenía que alinearme. A cambio me harían portavoz adjunto en el Senado. Y no sólo era la moción de censura en Murcia, era la de Madrid… Es que Arrimadas quería quitar a Ayuso de presidenta de la Comunidad y a López Miras de Murcia ¿Por qué? ?¿Eso es propio de un partido liberal?¿Jugó algún papel para frenar la moción de censura en Murcia?Sí, se mantuvieron leales al pacto de gobierno de 2019. A mí me llamó Carlos Cuadrado para que interviniese y salvar la moción. Me pidió que contactara con los diputados. Y yo lo que le dije a Cuadrado es que no entendía cómo habían sido capaces de montar eso. Eso fue la muerte de Ciudadanos. ¿Entonces no ayudó a frenar aquella operación?Si la pregunta es si llamé a diputados para que votaran en contra, no lo hice. Como a los pocos días ya estaba en el PP…A mí nunca me habían ofrecido nada. Fui yo a ofrecerme. Y lo hice por España. Si yo tengo una obsesión es echar a Sánchez y a Podemos de la Moncloa. Cuando Cuadrado y Espejo me dicen vamos a seguir con los pactos con el Gobierno y necesitamos que critiques la herencia del pasado, dije no lo voy a hacer. Yo tengo principios. Y me fui a trabajar como un asesor más para que el PP cogiera fuerza y consiguiera echarles de Moncloa. Sin cargos, sin estar en listas, como un trabajador más. ¿Cuánto le deben los populares en la estrategia de captar cuadros de Ciudadanos?Estando yo en Génova en el PP no se incorporó nadie con acta. Esto de la OPA hostil era mentira. Ahora se han incorporado cientos, porque la estrategia de reunificación del centro derecha se realizaba ahora. De hecho, estoy contento porque el PP actual está ejecutando la estrategia tal cual. No sé si es mi documento o es nuevo. Pero coincide en el 95% con el mío. Las fechas de cuándo incorporar, cómo hacerlo, en qué cargos y dónde… Estoy contento porque pienso, pues no seremos tan malos cuando ejecutan la estrategia tal cual. Y ahora veremos. Porque yo también dejé establecidas posibles sumas de otros partidos que pudiesen apoyar al PP. Lo de Sayas y Adanero es un ejemplo. Lo teníamos redactado tal cual ha ocurrido y el PP se iba a presentar con su marca en Navarra. Esa estrategia la diseñó con la anterior dirección. ¿El PP fue injusto con Casado?Creo que Pablo Casado es una buena persona, que tenía un buen proyecto para España. Pero hubo un momento en el que se equivocó él o alguien hizo que se equivocara. Yo no estaba en los grupos de estrategia. Casado estaba en un 30% del voto en las encuestas y eso antes de ejecutar la reunificación del centro derecha. Estábamos muy bien situados. Yo no sé lo qué pasó pero a mí me dio mucha pena.¿Le habría gustado permanecer en el PP de Feijóo?A mí me gusta trabajar. Cuando me fui al PP, a mí Casado y Teo me preguntan qué quiero. Yo les dije que iba a trabajar, que si les gustaba lo que hacía y creían que podía aportar, bien. ¿Que no? Pues ningún problema. Mi ego lo tengo más que alimentado. No necesito dar empujones para salir en una foto o salir en la tele. No como otros, que querían ser ministros con Sánchez, después con Rajoy, luego con Sánchez y después querrán serlo con Feijóo. Algunos ya están llamándole para ser ministros.¿Quiénes?Lo veremos. Va a haber un alto dirigente que acabará siendo ministro. O secretario de Estado. No pasa nada, es gente que su ilusión es ser ministro. Y no tiene principios.También se puede tener principios y querer ser ministro.Bueno, pero quieres ser ministro con alguien de tu espectro ideológico, ¿no? Pero creo que Sánchez y Rajoy no se parecen en nada. Y querían ser ministros con los dos.
¿Cómo terminó su relación laboral con los populares?Yo tenía un contrato como asesor, un cargo de confianza vinculado a la dirección. Al irse la dirección, mi contrato finalizó. A mí nunca me han despedido de un trabajo. Yo pensé que si el equipo de Feijóo quería contar conmigo me llamarán, y estaré encantado de echarles una mano. Y si no, pues no pasa nada. Yo sigo afiliado al PP porque me voy por convicción y no por necesidad.¿No se sentía un extraño en Génova después de una vida en Ciudadanos?Es que yo iba como un trabajador más. En Ciudadanos era un alto dirigente y recaía en mí mucha responsabilidad. Ciudadanos era como un hijo, hasta que me lo asesinan. Yo al PP iba a hacer mi labor y punto.¿Reconoce al Ciudadanos de hoy en el original?Nada. A Ciudadanos lo mataron.¿Cree que va a desaparecer tras las elecciones de mayo?Espero que desaparezca. Me hubiese gustado que le dieran una muerte digna, pero no se la han dado. El voto a Ciudadanos a día de hoy puede ir a Pedro Sánchez. Eche la vista atrás. Hablamos mucho de las generales de 2019. Antes, ¿fue un error la política de pactos de las autonómicas y municipales?¿Cómo va a ser un error? Si tú eres sensato, quieres transformar España y quieres mejorar la economía, ¿cómo vas a pactar con el sanchismo y el comunismo? Y a pesar de ello Ciudadanos pactó con el PSOE en ciudades muy importantes como Albacete, Guadalajara, Ciudad Real, Jaén… Y municipios medianos, unos cuantos. Eso de que todo fue con el PP, es falso.Pues explíqueme por qué Ciudadanos sufre ese descalabro en noviembre de aquel año. Si no cometieron errores…Por dos coyunturas. La primera: internamente se origina una crisis coordinada o no para dañar a Ciudadanos y a Albert Rivera. Con una serie de dimisiones por motivos falsos como que Ciudadanos pactaba con la extrema derecha como hizo Toni Roldán.¿Cree que estas dimisiones se producen para acabar con el liderazgo de Rivera?Me gustaría creer que no. Pero cuando haces algo así lógicamente dañas al partido.La segunda coyuntura…Pues que lo hicimos mal. No supimos explicar el plan de Sánchez. Fuimos leales a nuestra palabra dada: no haríamos presidente a Sánchez. Y se demostró a posteriori. Ya tenían un acuerdo. No nos equivocamos. Bueno, hubo una repetición electoral.Es imposible cerrar un acuerdo de Gobierno en 24 horas si no lo tienes previamente hecho.¿Y qué le dice a la gente que ahora piensa que por culpa de Ciudadanos ha gobernado Podemos?Que lo siento. Pero nosotros no votamos a Podemos. ¿Y con Rivera nunca se ha decepcionado? Porque culpa de todo a Inés Arrimadas.He tenido mis diferencias. Yo no hago seguidismo de nadie. Cuando algo no me ha gustado, lo he dicho. Todo el año previo a mi salida hable con toda la ejecutiva y advertí que la estrategia no era buena. Lo peor que ha hecho Ciudadanos en sus 15 años de historia fue impulsar las mociones de censura. Y fue decisión de Arrimadas. Las planificó durante las elecciones catalanas.