La 34ª edición de los premios Rei Jaume I es la primera que se celebra sin la presencia de su fundador, el profesor Santiago Grisolía, que falleció en agosto, a los 99 años de edad. El acto se ha iniciado con un emotivo recuerdo, al que se ha sumado, posteriormente el rey. Felipe VI ha centrado buena parte de su discurso en reconocer el legado de Santiago Grisolía, que ha calificado de “imperecedero”. El monarca ha querido lanzar ante los presentes un “emocionado recuerdo lleno de afecto, admiración y gratitud”.
En palabras del rey, Grisolía es “un valenciano universal que dedicó su vida, su pasión y su talento a mejorar la sociedad a través de la ciencia”, además de “un visionario” por su trabajo con el genoma humano. Felipe VI ha recordado cómo lo conoció “hace más de tres décadas” y ha considerado una “fortuna” haber compartido con él unos “importantísimos premios para España”. “Fue siempre un honor y un placer hacerlo”, ha confesado.
Asimismo, Felipe VI también ha destacado la “miradas curiosa, serena y generosa del profesor Grisolía”, además de su “tesón”. “La energía y actividad de Santiago Grisolía hasta sus 99 años fue asombrosa”.
Sobre los premiados, el rey Felipe VI ha apuntado que son “personas ejemplares y esenciales para nuestra sociedad”, además de “portadores de esperanza y de futuro”. “Merecen el aplauso y el apoyo de nuestro país”, ha apuntado.
El monarca ha recordado que tal día como hoy de hace más de un siglo, Albert Einstein presentaba la Teoría de la Relatividad, pero también ha apuntado que antes que Einstein, el valenciano Jerónimo Muñoz ya inició -cuatro siglos atrás- observaciones astronómicas que cuestionaron los planteamientos vigentes en aquel momento.
De ambos, el rey ha destacado su “espíritu humanista” y la “imaginación creativa”, una cualidad que también poseía Santiago Ramón y Cajal, también citado por Felipe VI.