Semana Santa, vacaciones y maletas. Maletas llenas de ropa imprescindible y adaptada a nuestro destino. Pero, además de ropa, no está de más ocuparnos y preocuparnos por hacer un botiquín básico para incluirlo en nuestro equipaje.
Lógicamente, cualquier destino turístico nacional nos da la posibilidad de acercarnos a una farmacia y comprar lo necesario, pero en caso de urgencia llevar encima lo necesario para realizar una cura nos puede evitar muchos quebraderos de cabeza.
Para saber cuál es la lista de elementos imprescindibles en el botiquín de viaje, hay que preguntar a los que más saben de autocuidado, la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp).
Para esta asociación el botiquín de primeros auxilios debe contener:
Todos los elementos imprescindibles para tratar rozaduras, pequeños coretes o heridas. En concreto: gasas, esparadrapo, algodón, apósitos, suero fisiológico y un antiséptico.Si alguno de los integrantes del viaje se marea, lo mejor es incluir algún fármaco antiemético con el fin de que el trayecto no se convierta en una tortura.Respecto al ámbito gastrointestinal, desde la Anefp recomiendan incluir: antiácidos, antidiarreicos, soluciones de rehidratación oral y laxantes para tratar la acidez estomacal, digestiones pesadas, estreñimiento o diarrea.
Este tipo de trastornos suelen aparecer en verano a causa de los cambios de rutinas propias de las vacaciones.
Por supuesto, debemos incluir algún tipo de analgésico para el dolor y antipiréticos, para combatir la fiebre. Al hilo de lo anterior, no hay que olvidar incluir un termómetro.Parece una obviedad, pero muchas veces se olvida: un repelente contra las picaduras de mosquitos.También se debe incluir un antihistamínico. En el caso de que se esté tomando algún tipo de tratamiento, hay que incluirlo.Y por supuesto, protector solar. Por último, y aunque su uso ya está muy restringido es conveniente incluir mascarillas. En el transporte público, centros sanitarios y farmacias sigue siendo obligatoria.