Estados unidos respalda el derecho a las protestas pacíficas en china

WASHINGTON, 28 nov (Reuters) – Estados Unidos respalda
el derecho de la gente a protestar pacíficamente en China, dijo
Washington el lunes, en momentos en que personas han salido a
las calles en múltiples ciudades chinas para manifestarse contra
las fuertes medidas de COVID-19 en los últimos días.

La policía china reforzó el lunes la seguridad en los
lugares donde se produjeron las protestas del fin de semana en
Shanghái y Pekín, después de que multitudes allí -y también en
otras ciudades chinas y decenas de campus universitarios-
hicieran una muestra de desobediencia civil sin precedentes
desde que el líder Xi Jinping asumió el poder hace una década.

“Llevamos mucho tiempo diciendo que todo el mundo tiene
derecho a protestar pacíficamente, aquí en Estados Unidos y en
todo el mundo. Esto incluye a la RPC (República Popular China)”,
dijo un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa
Blanca en un comunicado.

“Creemos que va a ser muy difícil que la República Popular
China sea capaz de contener este virus a través de su estrategia
de cero-COVID”, dijo el portavoz, que añadió que Estados Unidos
estaba centrado en “lo que funciona” para combatir el virus,
incluyendo la mejora de las tasas de vacunación.

Pekín y Washington han afrontado la propagación de la
pandemia de coronavirus de formas muy diferentes, una división
que ha dado un giro la contienda entre las dos principales
economías del mundo.

La política de Pekín de “cero-COVID” ha mantenido la cifra
oficial de muertos en China en miles, frente a más de un millón
en Estados Unidos, pero se ha producido a costa de confinar a
muchos millones de personas durante largas temporadas en casa.
Esto ha infligido grandes trastornos y daños a la economía
china.

En los primeros momentos de la pandemia, la competencia
entre ambos países se puso de manifiesto al tratar de reforzar
el peso geopolítico de sus países mediante la distribución de
vacunas.

La reacción contra las restricciones sobre el COVID supone
un revés para los esfuerzos de China por erradicar el virus, que
está infectando a un número récord de personas después de que
sectores de la población sacrificaran anteriormente sus
ingresos, su movilidad y su salud mental para evitar la
propagación.

Durante su mandato, Xi ha supervisado la represión de la
disidencia y la expansión de un sistema de vigilancia social de
alta tecnología que ha dificultado las protestas y las ha hecho
más arriesgada.
(Reporte de Steve Holland, Michael Martina y Susan Heavey;
editado en español por Aida Peláez-Fernández)

 

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