Cada vez hay menos nubes sobre España. El calentamiento durante los veranos en Europa ha sido mucho más rápido que el promedio mundial, y en buena parte del continente el calentamiento ya supera los dos grados sobre la era preindustrial. Es lo que sucede, en concreto, en la Península Ibérica, uno de los territorios europeos que más aceleradamente está sufriendo el cambio climático, al retroalimentarse las altas temperaturas y los efectos derivados de la desertificación del suelo. La reducción de la evaporación causa también un descenso en la nubosidad.
Según un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Estocolmo, como consecuencia de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, el clima en todo el continente también se ha vuelto más seco, particularmente en el sur de Europa, lo que ha provocado peores olas de calor y un mayor riesgo de incendios.
Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, el calentamiento en las áreas terrestres ocurre significativamente más rápido que en los océanos, con 1,6 grados y 0,9 grados en promedio, respectivamente. Significa que el presupuesto global de emisiones de gases de efecto invernadero para mantenerse por debajo de un calentamiento de 1,5 grados en la tierra ya se ha agotado.
Ahora, el nuevo estudio –que aparece en Journal of Geophysical Research Atmospheres— muestra que el presupuesto (o margen disponible) de emisiones para evitar un calentamiento de 2 grados en gran parte de Europa durante el semestre de verano (abril-septiembre) también se ha agotado. De hecho, las mediciones revelan que el calentamiento durante los meses de verano en gran parte de Europa durante las últimas cuatro décadas ya ha superado los dos grados.
“El cambio climático es grave ya que provoca, entre otras cosas, olas de calor más frecuentes en Europa. Estos, a su vez, aumentan el riesgo de incendios, como los devastadores incendios en el sur de Europa en el verano de 2022”, dice en un comunicado Paul Glantz, profesor asociado del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Estocolmo y autor principal del estudio.
Menos nubes en España
En el sur de Europa y en la Península Ibérica en especial es evidente, además, una clara retroalimentación positiva provocada por el calentamiento global. el calentamiento se amplifica debido al suelo más seco y la disminución de la evaporación. Además, ha habido menos cobertura de nubes en gran parte de Europa, probablemente como resultado de la menor cantidad de vapor de agua en el aire.
Este hecho, además, está provocando un perceptible disminución de nubes a lo largo del verano, según ponen de manifiesto los datos recabados a lo largo de la investigación.
“El secado y el agotamiento de la humedad del suelo conducen a un mayor calentamiento de la superficie, debido a un menor enfriamiento por evaporación, lo que a su vez aumenta el calor sensible que calienta las capas de aire más bajas. Es probable que una disminución en la evaporación provoque una reducción en la nubosidad“, señala el artículo refiriéndose expresamente a España.
“Lo que vemos en el sur de Europa está en línea con lo que ha predicho el IPCC, que es que un mayor impacto humano en el efecto invernadero conduciría a que las áreas secas de la Tierra se vuelvan aún más secas”, dice Paul Glantz.
El estudio también incluye una sección sobre el impacto estimado de las partículas de aerosol (partículas generadas por la quema de hidrocarburos) en el aumento de la temperatura. Según Paul Glantz, el rápido calentamiento en, por ejemplo, Europa Central y del Este, es ante todo una consecuencia de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero de larga duración, como el dióxido de carbono. Las emisiones de partículas de aerosol de corta duración de, por ejemplo, las centrales eléctricas de carbón, han disminuido considerablemente en las últimas cuatro décadas, pero el efecto combinado ha llevado a un aumento extremo de la temperatura de más de dos grados.
“Las partículas de aerosol en el aire, antes de que comenzaran a disminuir a principios de la década de 1980 en Europa, han enmascarado el calentamiento causado por los gases de efecto invernadero humanos, que es de algo más de un grado en promedio durante el semestre de verano. A medida que disminuían los aerosoles en la atmósfera, la temperatura aumentaba rápidamente. Las emisiones humanas de dióxido de carbono siguen siendo la mayor amenaza, ya que afectan al clima durante cientos o miles de años”, dice Paul Glantz.
A su juicio, este efecto presagia un mayor calentamiento futuro en áreas donde las emisiones de aerosoles son altas, como India y China.
Estudio de referencia: https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1029/2021JD035889
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