MAR DEL PLATA.- Los espacios libres de humo, tendencia iniciada hace algunos años y que alcanzó en su mayoría a establecimientos cubiertos, ahora se ampliará también a los paradores de playa privados. Así lo dispuso el Concejo Deliberante local, que aprobó la norma que extiende estas restricciones a lugares de uso común y deja al municipio la potestad de extender su aplicación también en playas públicas. La nueva normativa recién entrará en vigor dentro de un año, cuando se ponga en marcha la próxima temporada.
Hubo 23 votos a favor sobre 24 posibles para esta iniciativa que no implica la sanción de una nueva ordenanza, sino la ampliación del alcance de la que lleva el número 20.104, que, entre otros ámbitos, explicita la prohibición de fumar en establecimientos sanitarios, oficinas públicas, shoppings, teatros, cines y áreas de entretenimientos con público infantil.
La experiencia no es inédita en la zona. Tiene antecedentes cercanos, por ejemplo en el distrito de Pinamar, donde la medida se instrumentó a partir del último verano tras dos temporadas previas en las que –según establecía la normativa- debía haber énfasis oficial en la difusión de los riesgos de fumar para la salud.
El mismo planteo queda abierto ahora en Mar del Plata, donde los concesionarios de balnearios privados deberán iniciar la campaña de información sobre las nuevas condiciones que tendrán que afrontar los fumadores a partir del próximo verano.
Control
La ordenanza que regirá en las playas de Mar del Plata, con implementación efectiva desde el próximo verano, también prevé multas. No hay valores fijados ya que, al tratarse de una novedad y con prioridad en la campaña de difusión y prevención, las sanciones recién llegarían en los primeros meses de 2025.
Controlar a los fumadores será, entonces, otro desafío. Ya en Pinamar, que atravesó por esta primera experiencia, reconocen que les resulta casi imposible fiscalizar el cumplimiento. De hecho, se reconocía que no había sanciones por esta infracción durante el último verano.
A mediados de este año se había abierto un debate importante, también en el seno del gobierno local, a partir de una iniciativa que pretendía considerar espacios libres de humo las expansiones a cielo abierto de los locales gastronómicos y similares.
Convertidos en tendencia a partir de la pandemia por coronavirus y cada vez con más protagonismo en la vía pública, los decks se convirtieron en foco de atención de quienes consideraban que aunque estuvieran al aire libre también deberían estar alcanzados por la misma medida que regía para el local del que dependían.
Aquella propuesta, que tuvo origen en la Defensoría del Pueblo, disparó discusiones y no prosperó. Luego se aclaró que apuntaba en particular a aquellos patios o extensiones de bares o restaurantes que habían sido techados o tenían cerramientos.
