Edson Arantes do Nascimento disputó la gran parte de toda su carrera como futbolista en el Santos FC, donde estuvo desde 1956 hasta 1975. Fueron 19 años con la camiseta ’10’ del Peixe, con la que conquistó todos los títulos posibles de clubes. Pelé, sin embargo, no acabó siendo ‘one club man’, o sea un futbolista que solo ha jugado en el mismo club a lo largo de toda su carrera, porque decidió colgar las botas en el Cosmos, de Nueva York, donde estuvo entre 1976 y 1977.
El Santos de Pelé fue uno de los equipos más mítico de la historia del fútbol, donde formó ‘o ataque dos sonhos’ con Dorval, Mengálvio, Coutinho y Pepe. El conjunto paulista se convirtió en una atracción mundial, que dejó de disputar torneos oficiales (como alguna edición de la Copa Libertadores de América) para hacer giras de exhibición por Europa, América o África.
Por este motivo, los historiadores brasileños contabilizan los goles marcados en estos encuentros, ya que consideran que fueron realizados en un contexto de mayor dificultad incluso que en competiciones organizadas por las diferentes federaciones. Siendo jugador del Santos ganó los tres Mundiales con Brasil: Suecia 58, Chile 62 y México 70.
Pelé fue un crack disruptivo. El futbolista diez en todos los aspectos técnicos individuales. Y, en el extracampo, también sentó cátedra abrazando el marketing y siendo pionero en la explotación de los derechos de imagen. En lugar de jubilarse en el Santos prefirió cerrar su carrera en el mítico Cosmos, en Nueva York, donde jugó al lado de Franz Beckenbauer.
Más allá de ayudar a promocionar el fútbol en Estados Unidos, Pelé recibió el mismo trato con un ‘pop star’ o un actor de Hollywood. Mostró que un jugador, incluso en un país con tradición muy limitada en el balompié, podía ser una celebridad con el que se vinculaban las grandes marcas y que arrastraba multitudes.