Embarazada de ocho meses, Barby Franco posa en su casa de Punta y revela qué descubrió de su hija, que nacerá en diciembre

Es la última escapada a su casa de playa en Solanas, Punta del Este, antes de ser mamá por primera vez. Embarazada de ocho meses, Barby Franco (31) aprovecha su estadía de cinco días en su refugio de verano, el mismo que comparte con su pareja desde hace once años, el reconocido abogado Fernando Burlando (55). “Para mí este es el mejor lugar del mundo y eso que con Fer hemos viajado mucho. En Grecia, por ejemplo, nos habían dicho que en Santorini íbamos a ver la mejor puesta del sol…. Y no, el atardecer más increíble es el de Solanas. Por eso te digo, no hay nada como estar tirada en la reposera, tomando mate y viendo el sol caer desde acá”, cuenta entusiasmada.

“Todavía no decidimos el nombre: estamos entre Juanita, Sara, Ema o Elena”, dice Barby quien espera la llegada de su primera hija junto a Fernando Burlando para mediados de diciembre. (foto: Daiana Toledo/)

–Además del atardecer, ¿qué es lo que más disfrutás de tus veranos esteños?

–Lo que más me gusta es la casa. [Risas]. No salgo de acá en todo el verano, la pasamos bomba. La verdad es que somos muy amigueros, siempre estamos acompañados. Vienen las hijas de Fer, Delfina y María, con sus novios y los perros… Son dos meses de fiesta y de unión familiar. Me copa todo el momento previo a la cena: mientras unos están en la parrilla, otros llevan los chorizos, organizan la picada y preparan las ensaladas en la cocina… Ese clima de charla de asado me encanta. Después nos vamos todos al lado del fogón, con vino y quesos, y nos quedamos hasta las tres o cuatro de la mañana escuchando música. No existe un mejor plan.

Barby posa en “Magma”, la casa que tiene en Solanas, Uruguay junto al abogado Fernando Burlando. (foto: Daiana Toledo/)
Barby cuenta que ama los atardeceres frente al mar. “Con mi pareja viajamos mucho, incluso fuimos a Santorini, donde nos dijeron que ahí podíamos ver el mejor atardecer del mundo…. Y no, nada que ver, la puesta de sol más increíble está acá, en Punta del Este”, asegura. (foto: Daiana Toledo/)

–Se nota que cuidás mucho tus vínculos…

–Sí, muchísimo. Desde chica siempre fui muy familiera y creo que esos momentos son los que más me conectan con la felicidad. Puedo estar en un lugar espectacular, pero si no tengo a mi gente, no me gusta nada. Mi mundo está donde están mi familia y mis amigos.

UN LARGO SUEÑO CUMPLIDO

Luego de intentar durante nueve años quedar embarazada y atravesar tres tratamientos in vitro sin éxito, Barby entendió que ya era tiempo de descansar el cuerpo y entregarse al Universo, a Dios y “a lo que sea que tuviera que ser”, dice. Dos meses después de haber tomado esa decisión y de haber participado de la peregrinación a Luján junto a su amiga Carolina “Pampita” Ardohain (44), la modelo fue sorprendida con la feliz noticia. “Me acuerdo que fue un domingo porque Fer se había ido a jugar un partido de polo. Yo a esa altura tenía un atraso de cuatro días, pero como venía de hacerme un tratamiento y mi cuerpo estaba estimulado por las hormonas, jamás pensé que podía estar embarazada. Mi médico me aconsejó hacerme un test y me dio positivo. Me puse blanca, todo el tiempo pensaba ‘no puede ser, no puede ser’. Lo llamé a Fer, que justo había salido campeón, y los dos lloramos como locos. Al día siguiente me hice el análisis de sangre y sí, estaba embarazada”.

“Me volví una madre muy intensa. Me hago ecografías 5D cada quince días… Y descubrí que la beba es un calco de su padre”, dice. (foto: Daiana Toledo/)

–¿Cómo viviste esa búsqueda?

–Fue muy loco, hace once años que estamos juntos y hace nueve dejamos de cuidarnos para tener un hijo y nunca sucedió. Me hice exámenes, que siempre salieron perfectos, por lo que comenzamos a probar con el tratamiento in vitro. Lo intentamos tres veces y dijimos basta. Además de estar cansada, también me sentía frustrada.

–Cuando quedaste embarazada recién lo anunciaste a los cuatro meses.

–Es que tenía mucho miedo de no llegar a término, había tenido unas pérdidas y ya no me quería ilusionar más. Por otro lado, no teníamos nada de información del embrión. El tema es que mientras estuvimos en tratamiento, siempre pudimos manejar mejor la información sobre los embriones, pero como el que prendió ocurrió de manera natural, no sabíamos cómo estaba compuesto su ADN. De hecho, la mayor sorpresa del embarazo fue enterarnos que íbamos a tener una beba. Tanto Fer como yo queríamos un varón y por eso teníamos siete embriones masculinos y dos femeninos. Con la llegada de nuestra hija, ese plan se rompió y nos cambió la vida de un día para el otro. Fue como resetear el celular y volver a empezar.

La modelo aprovechó el atardecer para acompañar al reconocido abogado a practicar su nueva pasión, el wing foil, una disciplina deportiva que está de moda y consiste en el manejo de un ala con las manos que no está sujeta a la tabla. (foto: Daiana Toledo/)
“Fer está muy feliz. Si bien ya tiene dos hijas, Delfina y María,
este embarazo lo vive como todo nuevo”, explica. (foto: Daiana Toledo/)

–¿Y al final cómo la van a llamar?

–Todavía no nos decidimos: estamos entre Juanita, Sara, Ema o Elena.

–¿Hablás con tu hija?

–Le hablo poco y le canto muy mal. [Risas]. Sí baila como loca cuando escuchamos reggaetón o jazz. Y cuando Fer vuelve de trabajar y justo está hablando por el celular, al toque se empieza a mover la panza. Enseguida reconoce la voz de su papá.

–¿Cómo lo está viviendo él?

–Fer está muy feliz. Si bien ya tiene dos hijas, para él es todo nuevo… está descubriendo un mundo. Me toca la panza y todo el tiempo le da besos. Está hecho un baboso.

–Hace un tiempo contaste que te hiciste la ecografía 5D y que te diste cuenta que tu hija es igual a su padre.

–Es un calco de él. Últimamente me volví una madre muy intensa porque me hago ecografías 5D cada quince días desde que comencé con el embarazo. Es que la extraño y necesito verla más seguido. [Risas]. Yo siento que mi hija es un regalo que me dio la vida y por eso la cuido tanto.

–¿Cómo imaginás el futuro con tu hija?

–Me imagino haciendo todos los planes con ella, pintándonos las uñas, peinándonos, muriéndonos de risas y llevándola a conocer el lugar donde crecí, en el barrio 21-24 de Barracas.

–Vas a compartirle parte de tu mundo también, una realidad completamente diferente a la que vivís hoy….

–Ese es uno de los temas que más me preocupan. Quiero educarla bien, que valore todas esas cosas que una ya da por sentado pero que para muchos no es así. Yo por lo menos, no las tuve. Me da un poco de miedo saber que mi hija va a tener todo desde que nazca. El padre, por ejemplo, ya le regaló un autito y todavía no nació. [Se ríe]. Pero bueno, tiempo al tiempo. Lo importante es que crezca con mucho amor, así me criaron a mí y así quiero que viva ella.

La tapa de la revista ¡Hola! de esta semana (Getty Images/)

 

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