Un tejón de la miel o tejón melero -Mellivora capensis– se mantiene firme en una lucha contra una manada de leones en la Reserva de Selinda, Botswana. El valiente mamífero logró enfrentarse a ocho leones y sobrevivió para contarlo.
A pesar de su menor tamaño, el valiente mustélido gruñía y amenazaba con garras y dientes a los desconcertados felinos, quienes pensaban atrapar una comida fácil. Pronto quedó claro que los ocho leones habían mordido más de lo que podían masticar. Kane Motswana, el guía de 34 años de la Reserva Selinda que presenció cómo se desarrollaba la batalla, cuenta que: “las hembras fueron las que inicialmente corrieron hacia el tejón de la miel y los machos subadultos se unieron poco después”. Sin embargo, nada pudieron hacer contra el que es considerado uno de los animales más fieros del reino animal.
De hecho, el ratel, como también es conocido es un animal muy robusto, cuyo fuerte pelaje resulta difícil de atravesar incluso para las potentes fauces de un león un leopardo, o una manada de hienas.
Se trata de un animal feroz, solitario y territorial que prefiere vivir en áreas boscosas y semiáridas, cuyas fuertes mandíbulas y dientes afilados les permiten mantener raya a los depredadores más temibles. Los rateles, además, son extremadamente voraces, y se alimentan de todo tipo de presas, entre las que se incluyen algunas de las serpientes más venenosas del mundo. Así mismo, son tan capaces de excavar como de escalar a los árboles, algo que logran gracias a las mismas garras afiladas que les permiten abrir los panales de abejas que hacen sus delicias, motivo por el que reciben su nombre.