Una semana después de ser ingresado en el hospital, Joaquín Cortés recibe el alta sin un diagnóstico muy claro. El bailador se encontraba en un hospital madrileño después de llevar varios días con malestar físico, sufrir un síncope y desvanecerse. Él mismo comunicaba en sus redes sociales su estado de salud durante estos días, asegurando que “todo saldría bien” y revelando lo mucho que echaba de menos a sus pequeños, Romeo y Andrea, de 4 y 2 años respectivamente.
Esta misma madrugada, Joaquín subía una publicación a su Instagram con la última hora de su situación. Horas después, el bailaor recibía el alta médica y contaba a los medios de comunicación como había vivido estos días: “Empezaron a hacerme pruebas, algo surrealista. Yo venía por una gripe y casi me muero, pero lo importante es que estamos aquí”.
En todo momento, Joaquín agradece a la sanidad pública el trato que le han dado durante esta semana, ya que a pesar de ser Semana Santa todo el equipo médico se ha volcado en su salud: “Tenemos una sanidad pública maravillosa. Me habrán hecho como veinte pruebas”. El artista confiesa que aunque ya puede irse a casa, sigue sin saber que tiene exactamente: “Ahora sigo teniendo que hacerme muchas pruebas porque tienen que adivinar que tengo”.
El bailarín ha contado a los medios de comunicación que “el baile ha sido su antídoto”, ya que desde niño ha sido asmático: “Supuestamente desde pequeñito soy asmático, pero gracias al baile resulta que ha sido mi antídoto, me ha salvado, eso por un lado. Luego he sufrido una neumología bastante fuerte, pero insisto en que estoy aquí otra vez, de vuelta, agradecer de verdad a todos los médicos”
Aunque todavía le queda camino por recorrer, tiene muchas ganas de volver a los escenarios: “En resumidas cuentas estamos vivos, tengo que darle gracias a dios, me van a seguir haciendo muchas pruebas, aunque ahora me han dado el alta momentáneo tengo que hacerme pruebas en los próximos dos meses, sabéis que luego me voy a América, por suerte empiezo a finales de junio, me voy a nueva york, los ángeles, a muchos sitios, no hay mal que por bien no venga, que me haya pasado esto ahora que en plena gira mundial”.
En cuanto al trato recibido en el Hospital de la Princesa, no puede estar más agradecido: “Me emociono porque es digno de admirar, esta gente se merece todo, no hay palabras para describirlo, han estado ahí todos, insisto, en semana santa que todo el mundo se iba de vacaciones. Me ha venido bien, estaba el hospital solo para mí, todos volcados conmigo, han hecho un esfuerzo, me siguen haciendo pruebas, todavía no estoy del todo curado, pero ya estoy muchísimo mejor. Sigo con un tratamiento que estaré los próximos dos meses, el baile me ha salvado, me seguirá salvando, me quedan unos cuantos años más dando vueltas por el mundo y llevando la cultura española a todo el mundo”.
Cuando le preguntan por un diagnóstico claro, explica: “Se ha dirigido todo más al tema pulmonar, lo tenía con mucha mucosidad, muy cargado, en épocas de alergias, como ahora, no tiene ninguna relación con el covid, ha habido gente que lo ha comentado, nada que ver con el covid, es una bacteria que me han localizado. Todos en la boca tenemos muchas bacterias, algunas veces se bajan para abajo, juegan, estamos ahí intentando matar esa bacteria y mandarla a paseo. Nada más, no puedo decir nada más”.