Tal vez hayas oído alguna afirmación sobre los perniciosos efectos de la costumbre de poner imanes en la puerta de la nevera. Pues es hora de que aclarar algunas cosas. Una mala información al respecto podría llevarte incluso a tener que cambiar de frigorífico.
Los imanes son los recuerdos favoritos de casi cualquier viajero. De hecho, cuando volvemos de nuestros viajes y nos entran ganas de llevarnos algún recuerdo, si no sabemos qué elegir, nos llevamos un bonito imán que nos recuerde los lugares que hemos visto. Y, una vez de vuelta en casa, ¿adónde va el imán? A la nevera, por supuesto.
No hay nada malo en ello, sobre todo si luego acabamos teniendo una colección que daría envidia al más ávido coleccionista: acabamos teniendo de todos los tipos y tamaños, hasta que alguien nos advierte de que poner imanes en la nevera es malo y no debe hacerse.
¿Nos hemos preguntado alguna vez si tal rumor es realmente cierto, si es realmente bueno evitarlo o si es sólo algo que dice la gente? La respuesta es sí, no hay que poner imanes en la nevera, pero sólo en determinadas condiciones. Si el frigorífico es nuevo, de los de alta tecnología con pantalla táctil o similar, hay que evitar colocar cualquier tipo de imán.
¿Por qué?
¿Y por qué? Además de que sería una pena estropear un frigorífico de última generación, también es cierto que los imanes generan campos magnéticos que pueden volver loco a tu frigorífico y su sistema. Por otro lado, los imanes decorativos generan un campo magnético muy débil, pero es mejor prevenir que curar, sobre todo si se desconoce la potencia del imán.
Los imanes que se utilizan comúnmente para pegar en neveras están hechos de materiales magnéticos, como acero inoxidable, hierro o aluminio recubierto de un material magnético, como el neodimio. También pueden estar hechos de materiales ferromagnéticos, como el níquel, que son materiales que se magnetizan fácilmente. Estos imanes suelen ser muy fuertes y pequeños, por lo que son ideales para su uso en aplicaciones domésticas y comerciales.
Pero no te preocupes, no tienes por qué tirar tus preciados imanes, pero es mejor que encuentren un lugar diferente. Puedes comprar un tablero metálico o comprar pintura especial y disponer de toda una pared para tus imanes.
Si tu frigorífico, por el contrario, no es de última generación y no tiene ningún sistema conectado, entonces no hay problema alguno en pegar todos tus imanes en la puerta.