El Sevilla resucita al tercer día

Tres días después de su eliminación copera resucitó el Sevilla, que encadena su segunda victoria en LaLiga y pone tierra de por medio con los puestos de descenso, además de entregar algo de alegría a una afición sevillista que este año lo está pasando realmente mal. El Elche, por su parte, sigue anclado en el farolillo rojo, a una distancia sideral de la salvación y sin conocer la victoria esta temporada.

Introdujo Sampaoli varios cambios en su once después de la batalla librada el pasado miércoles en Pamplona, donde los hispalenses quedaron eliminados de la Copa del Rey. Dos de los premiados con la titularidad fueron En-Nesyri y Suso, protagonistas de la prórroga en El Sadar y también contra el Elche en el Sánchez-Pizjuán.

El inicio de partido del Sevilla fue prometedor, con muchos jugadores llegando al área de Edgar Badia. Hasta que Lucas Boyé metió el miedo en el cuerpo a los de Nervión con un cabezazo desde dentro del área pequeña que desbarató Bono con una gran parada abajo.

Esa ocasión generó dudas al equipo andaluz, que perdió el norte durante unos minutos. Todas se disiparon, sin embargo, en cuestión de unos diez minutos, el tiempo que pasó entre el gol de En-Nesyri y la expulsión de Bigas por el Elche.

El marroquí abrió la lata en un vuelo sin motor en el segundo palo que finalizó con un soberbio testarazo. Y ya con el Elche hecho un manojo de nervios llegó la roja a Bigas por agarrar a Suso como último hombre cuando el gaditano ya enfilaba la portería ilicitana en solitario. Acuña, y de nuevo En-Nesyri, se encargaron de poner la puntilla al farolillo rojo con dos goles más antes del descanso.

El primero llegó tras un mal despeje de la defensa del Elche que aprovechó el lateral internacional argentino para reventar la bola y fusilar a Badia. El segundo, después de una fantástica asistencia picadita de Suso a En-Nesyri, que rubricó su doblete entre el éxtasis de las gradas del Pizjuán.

Tras el descanso, tuvo clemencia el Sevilla del colista. Aun así, fue capaz de generar varias ocasiones claras. Dio la sensación de no querer hurgar más en la herida.

 

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