El rugbier marplatense Iván Nemer fue suspendido por la Federación Italiana luego de un acto de racismo contra un compañero

Iván Nemer, un marplatense que es pilar del equipo de Benetton Rugby, fue suspendido por la Federación Italiana de Rugby hasta el 30 de junio de este año luego de que un compañero suyo expusiera un acto de “racismo” que lo involucró. El guineano Cherif Traoré hizo público que recibió “una banana podrida” como regalo en un juego “del amigo invisible” en un almuerzo de Navidad del plantel.

El argentino, que jugó 11 partidos en la selección italiana, recibió la sanción impuesta por el Tribunal Federal “tras la solicitud de acusación del fiscal federal y en cumplimiento de las Regulaciones de Justicia FIR y la regla 18 de World Rugby, sobre la base de las investigaciones por lo anunciado en las redes sociales y la posterior solicitud de un acuerdo de culpabilidad”, según el comunicado emitido este viernes por el club de Treviso, que participa en el United Rugby Championship.

Cherif Traoré, el guineano que denunció el “acto de racismo” en las redes sociales luego de recibir “una banana podrida” enviada por Iván Nemer, su “amigo invisible”. (Twitter/)

“Cuando me tocó a mí, dentro de mi regalo encontré una banana podrida, en una bolsa mojada. Aparte de encontrar ofensivo el gesto, lo que más me dolió fue ver reír a la mayoría de mis compañeros presentes. Como si todo fuera normal”, relató Traoré en su cuenta de Instagram cuando expuso el tema.

“En este amigo invisible había muchachos de distintos orígenes. Decidí no callarme esta vez para asegurarme de que incidentes como ése no ocurran y de que otras personas no se encuentren en mi situación en el futuro. Y esperando que el remitente aprendiera la lección”, agregó la víctima de la “broma”.

Al definir la sanción, el Tribunal Federal “aceptó la solicitud de acuerdo de culpabilidad que tuvo en cuenta el deseo de Nemer de arrojar toda la claridad sobre lo sucedido, el arrepentimiento hacia su compañero, el reconocimiento de la vergüenza causada por su comportamiento a la imagen de la franquicia Benetton Rugby, del rugby italiano y del deporte en general”, se menciona en la comunicación. Y para el dictamen se consideró “el comportamiento ejemplar que siempre ha mantenido el atleta en el campo y fuera de él durante su carrera” y se enfatiza que el jugador “renunció al derecho de recurrir la sentencia”.

Al tomar nota de la decisión del Tribunal Federal, la Federación Italiana de Rugby acordó con Benetton Rugby que “el jugador participe activamente en el programa FIR Migrants Project y que, al mismo tiempo, curse un ciclo de formación y sensibilización sobre cuestiones de integración, especialmente dictado para él”. Además, se establece que “la futura participación del atleta en la actividad internacional está supeditada a la concurrencia permanente y la posterior culminación con éxito del proceso de formación y sensibilización, que deberá ser certificado por la entidad organizadora”.

Nemer participó en las divisiones infantiles en Biguá Rugby Club, de Mar del Plata, y luego pasó a Sporting, de la misma ciudad. Originalmente era tercera línea, una posición que suelen ocupar jugadores altos. Y como él no creció lo que se esperaba (mide 1,80 metros), a los 17 años empezó a actuar como pilar, el puesto en el que juega actualmente. En 2017 fue preseleccionado para los Pumitas, pero no quedó en el plantel mundialista que integraron Santiago Carreras, Bautista Delguy, Marcos Kremer, Mayco Vivas y Lucas Paulos, entre otros.

Arrepentido, el marplatense pidió hacer público su descargo: “El racismo no ha tenido ni tendrá nunca ningún papel en mi vida, como no debería tenerlo en las vidas de ninguno de nosotros. Lamento profundamente lo sucedido, por la estupidez de mi gesto, por el disgusto causado a un amigo y por haber causado daño a mi equipo, a mis compañeros, al país al que represento y al deporte que amo. Vengo de un país multicultural, la Argentina, donde las culturas se mezclan desde hace más de un siglo, y siempre he compartido vestuario y cancha con compañeros y amigos de todo el mundo”.

A eso Nemer sumó: “Lo que pasó no me representa, pero al mismo tiempo debe hacerme y hacernos reflexionar sobre cuánto más queda por hacer para cambiar nuestra cultura, superar los estereotipos más descarados, acercarnos aún más de lo que ya se está haciendo. Acepto la descalificación y el proceso de reincorporación con serenidad, pero sobre todo confío en que en los próximos meses y años podré contribuir con mi testimonio a concienciar a cada vez más jóvenes rugbiers sobre temas que deben ser abordados y entendidos para mejorar no sólo nuestro deporte, sino el mundo en el que vivimos”.

 

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