Los barcos y grandes buques del futuro podrían volver a ser propulsados por el viento si un proyecto pionero de la Universidad de Southampton que moderniza grandes embarcaciones con velas ultramodernas tiene éxito en la reducción de las emisiones de carbono.
La iniciativa será impulsada por los fondos proporcionados por la Agencia Nacional de Innovación del Reino Unido, Innovate UK, con el fin de investigar el potencial de la tecnología para descarbonizar el sector marítimo del país. Entre los objetivos del equipo liderado por el doctor Joseph Banks, del Instituto Marino y Marítimo de Southampton, se encuentra el desarrollo de nuevas herramientas de software que anticipen con precisión el rendimiento de los barcos modernos en el océano al ser equipados con las velas de última generación denominadas FastRig, desarrolladas por la empresa británica Smart Green Shipping.
Según explica Banks, los barcos propulsados por el viento obviamente no suponen nada nuevo, pero casi todos los grandes buques que operan hoy en día funcionan con combustibles fósiles y son causantes de una profunda huella ecológica. “Y si bien se están desarrollando nuevas tecnologías de asistencia eólica para los barcos modernos, muchas de ellas no están listas para el mercado. Tampoco se ha verificado en el mar y de forma independiente el potencial ahorro de combustible de este tipo de tecnologías, razón por la cual los proyectos de investigación como este, financiados por el Reino Unido, son tan importantes”, declara.
Así, como parte de un programa de desarrollo con horizonte en el año 2025, los científicos probarán el impacto de la vela FastRig: un ala náutica retráctil de 20 metros de altura adaptada al barco comercial Pacific Grebe, un carguero de mercancías británico de 105 metros de eslora.
“Se trata de un proyecto innovador ya que esta tecnología puede adaptarse a otro tipo de embarcaciones para reducir las emisiones y ayudar a desarrollar barcos más silenciosos y libres de emisiones en el futuro que no dañen los entornos oceánicos y mejoren la calidad del aire en puertos, pueblos y ciudades”, añade Banks. “Nuestro equipo investigará las complejas interacciones entre las velas y la hidrodinámica del barco, lo que permitirá predicciones precisas de su rendimiento que se compararán con el desempeño normal del Pacific Grebe“.
Con ello, los expertos del Instituto Marítimo y Marino de Southampton esperan que su nueva herramienta atraiga una mayor inversión en el sector tecnológico marítimo del Reino Unido e impulse una nueva generación de embarcaciones capaces de reducir tanto el consumo de combustible como las emisiones, y aumente la eficiencia en este sector crucial para el comercio mundial en la actualidad. Solo cabe esperar que el proyecto llegue a buen puerto.