El Girona es espectáculo en estado puro. La idea de Míchel Sánchez ha cuajado a la perfección en una plantilla donde los futbolistas se lo pasan bien jugando con el balón y, por lo tanto, se sienten identificados con su técnico. No es casualidad que el conjunto rojiblanco sea de los equipos de LaLiga con el porcentaje de posesión más alto.
El entrenador insiste desde principio de temporada en que un dato como este se debe aprovechar para dar un paso adelante y presionar al rival, con la consecuencia de tener más llegadas al área contraria. También para ver portería. El panorama ha cambiado, pero hasta hace un par de jornadas el Girona estaba instalado en una zona cómoda de la tabla, siendo undécimo con cinco puntos de margen respecto al descenso y seis por debajo de las plazas europeas.
Pero no solo eso, sino que los de Míchel eran el tercer equipo más goleador, por detrás de Barça y Madrid. El poder del gol se nota en el equipo, consiguiendo puntos en 11 de los 15 partidos en que ha marcado.
Sin porterías a cero
Como el cero en la portería sigue siendo la gran asignatura pendiente -el Girona y el colista Elche son los únicos equipos que han encajado en todas las jornadas de la primera vuelta-, la única vía para conseguir resultados es la del gol. La prueba más reciente se encuentra en los dos últimos partidos, ante Barça y Villarreal. Los gerundenses renunciaron a la posesión, no marcaron y, por lo tanto, perdieron. Los otros dos partidos en los que no se anotó también fueron derrotas, contra el Valencia (1-0) y ante el Celta (0-1).
Y es que el actual Girona no se entendería sin su capacidad ofensiva. Las dos derrotas consecutivas han hecho perder posiciones a los de Míchel en el ranking de los equipos más goleadores y han demostrado que, sin gol, los rojiblancos son incapaces de puntuar. Como mínimo, hasta ahora.