Hace casi quince años que la crisis financiera y económica provocó que casi un billón de euros se “esfumaran” de los balances de los bancos europeos. Las recientes quiebras de varias entidades estadounidenses, como el Silicon Valley Bank, y el suizo Credit Suisse, y las turbulencias posteriores desatadas en los mercados, han vuelto a disparar las alarmas y acentuar la necesidad de reforzar el arsenal de medidas de la unión bancaria.
A falta del tercer pilar, el fondo común de garantía de garantía de depósitos bloqueado desde hace años, la Comisión Europea ha presentado este martes una propuesta para mejorar la protección de los depositantes -los depósitos de hasta 100.000 euros seguirán estando garantizados al 100%- y el sistema de gestión de crisis bancarias de entidades medianas y pequeñas.
La propuesta adoptada este martes es la respuesta de Bruselas al encargo en junio pasado por el Eurogrupo, tras constatar la incapacidad de los ministros de economía y finanzas de la Eurozona a consensuar un programa de trabajo para culminar la unión bancaria con la creación de un sistema europeo de garantías de depósitos, bloqueado por Alemania. En general, Bruselas considera que las entidades financieras de la UE están bien capitalizadas, gozan de gran liquidez y están estrechamente supervisadas, con un marco de gestión de crisis sólido que se ha reforzado en los últimos años.
Sin embargo, la experiencia ha demostrado que muchos bancos medianos y pequeños en quiebra se han gestionado con soluciones ajenas al marco de resolución, recurriendo al dinero de los contribuyentes en lugar de a los recursos de los bancos o a redes de seguridad privadas financiadas por el sector (sistemas de garantía de depósitos y fondos de resolución). “Queremos ampliar el alcance de la resolución para asegurarnos de que más bancos en quiebra puedan ser resueltos eficazmente, en lugar de ser tratados fuera del sistema establecido en la UE”, ha explicado el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovkis, sobre el trasfondo del plan que plantea facilitar el uso de los fondos en situaciones de crisis para proteger a los depositantes de ser quienes soporten pérdidas, evitar el contagio a otros bancos y frenar el impacto negativo en la economía.
Depósitos de 100.000
Lo que no cambia es el nivel de cobertura de los 100.000 euros por depositante y banco establecido en la directiva sobre sistemas de garantía de depósitos que se mantiene para todos los depositantes admisibles de la UE. La novedad es que se amplía la protección para cubrir también a entidades públicas (hospitales, escuelas, ayuntamientos) así como al dinero de los clientes depositado en determinados tipos de fondos de clientes (sociedades de inversión, entidades de pago, entidades de dinero electrónico). La propuesta, que ahora deberá ser negociada por el Ecofin, incluye además medidas adicionales para armonizar la protección de los saldos elevados temporales en cuentas bancarias superiores a 100.000 euros vinculados a acontecimientos vitales específicos (como herencias o indemnizaciones de seguros).
Las normas europeas exigen que los bancos con problemas que sean objeto de una reestructuración o sean liquidados cubran con fondos propios al menos un 8% de las pérdidas. La Comisión plantea que estos colchones bancarios sigan siendo los responsables de absorber las pérdidas en primer lugar pero que cuando no sean suficientes, y cuando la opción sea menos costosa que dejar caer el banco y pagar los depósitos garantizados, las autoridades podrán echar mano de los fondos de garantía de depósitos nacionales, que se espera alcancen más de 55.000 millones de euros en 2024, y el Fondo Único de Resolución, que alcanzará el próximo año los 80.000 millones.
Mecanismo puente
“Las propuestas garantizan que la quiebra de cualquier banco -independientemente de su tamaño o modelo de negocio- pueda gestionarse de forma ordenada y coherente para evitar un efecto dominó en todo el sistema bancario” al tiempo que “preserva la estabilidad financiera, el dinero de los contribuyentes y la confianza de los depositantes”, ha añadido el vicepresidente del Ejecutivo comunitario sobre la creación de un “mecanismo puente” que permitirá transferir depósitos -de asegurados y no asegurados- de un banco en quiebra a uno sano.
“La primera y principal línea de defensa en una crisis de este tipo debe ser la capacidad interna de un banco para absorber pérdidas” y por eso “las autoridades deben asegurarse de que los bancos tengan suficiente capacidad de absorción”. El ‘puente’ sólo se utilizaría para los bancos que salgan del mercado y que hayan sido previamente destinados a la resolución aunque las autoridades nacionales seguirán pudiendo elegir entre la resolución y la insolvencia nacional. “No estamos predeterminando la lista de bancos sujetos a un procedimiento de resolución o un procedimiento de insolvencia nacional. Las autordades competentes tienen margen para decidir en cada caso individual y utilizar la solución que mejor responda y menos costosa”, ha dicho la comisaria de servicios financieros, Mairead MacGuiness.