El Oviedo, en un partido muy táctico y con pocas ocasiones de gol, venció al Málaga en La Rosaleda (0-1) con un gran tanto de cabeza del centrocampista Manu Vallejo que deja al equipo andaluz cada vez más lejos de la permanencia.
Fue el debut como local del técnico Sergio Pellicer en el conjunto blanquiazul y apostó por jugar con dos delanteros, Fran Sol y Rubén Castro, para intentar doblegar a un Oviedo bien armado defensivamente, con las ideas muy claras, con transiciones rápidas, sin fisuras y sin apenas errores.
El primer acercamiento del Málaga fue una exquisitez del centrocampista marfileño Lago Junior, que sirvió a Aleix Febas, cuyo disparo, flojo, lo atajó el guardameta francés Quentin Braat. El partido era muy táctico. Dominaba el Málaga, pero las jugadas de peligro escaseaban.
Lago Junior, el mejor junto a Febas, intentaba por la banda derecha destruir la armada defensa del Oviedo, que no sufría en exceso, tampoco el Málaga, que solamente tuvo un error del lateral izquierdo Javi Jiménez que a punto estuvo de causarle un grave problema a su equipo por el lanzamiento del centrocampista Viti, que salió fuera.
El Málaga terminó la primera parte sufriendo ante un Oviedo que aprovechó su orden para ir tomando cuerpo en el encuentro y concluir volcado en el área malaguista. Su acción más clara dentro del área malaguista la desaprovechó el delantero Borja Bastón.
El Oviedo terminó el primer tiempo siendo mejor e inició el segundo metiendo al Málaga en su área. Sergio Pellicer movió la coctelera para intentar cambiar el signo del encuentro con la entrada del delantero Loren Zuñiga y el centrocampista Fran Villalba. Los cambios no surtieron efecto, porque seguidamente una jugada por la derecha del Oviedo terminó con un centro de Jimmy y un remate de cabeza de Manu Vallejo, inapelable, que significó el 0-1 (m.58).
El Málaga se quedó con un jugador menos dos minutos después por la expulsión de Burgos y afrontó el último tramo del encuentro impotente, sin ideas, nervioso, con los jugadores criticados por la afición, frente a un Oviedo que jugó con la presión del rival, que estuvo inapelable en la zaga, que pudo aumentar el marcador y que supo conservar su ventaja hasta el final.