Rúben Neves ha dado un pasito más en dirección al Camp Nou, donde podría recalar este próximo verano. Consciente de que su salida en verano será una realidad, el Wolverhampton ha decidido curarse en salud y anticipar el fichaje del futbolista que tiene que ocupar el lugar del mediocentro portugués la próxima semana. Se trata del volante brasileño, Joao Gomes, que en febrero cumplirá 22 años y que viene de ganar la Copa Libertadores y la Copa do Brasil con el Flamengo.
En una operación en la que ha participado activamente Jorge Mendes, los Wolves han acabado pagando al rubronegro carioca 18,7 millones de euros, ganándole el pulso al Olympique Lyon que entró con muchísima fuerza la última semana.
Ahora Julen Lopetegui tendrá seis meses para ir lapidando a un centrocampista muy interesante, que despertó el interés de los grandes de Europa, entre ellos el Real Madrid, que lo veía con potencial para convertirse en el nuevo Casemiro, o el Barcelona, que lo tenía en la terna de jóvenes pivotes brasileños al lado del ex del Vasco da Gama, Andrey Santos, (que ha acabado yendo al Chelsea) y Danilo (que se ha incorporado en el Nottingham Forest procedente del Palmeiras).
Había otros pretendientes, como el Sevilla de Jorge Sampaoli que también negoció su contratación, pero Monchi no pudo traer al técnico argentino el futbolista carioca, ante la presión ejercida por los clubes de la Premier con mucho mayor músculo financiero.
Las piezas empiezan a encajarse en el tablero. El Barça tiene precio de compra de Rúben Neves desde el último verano. El futbolista agrada a la secretaría técnica. Su fichaje es mucho más factible que el de Zubimendi, ya que la Real Sociedad no piensa rebajar ni un euro de los 60 millones de euros de su cláusula de rescisión y su futuro apunta a la Premier.
La persistencia del Wolves en tener a Joao Gomes, que en el Flamengo actuaba como interior y no como mediocentro, muestra que su fichaje, aunque fuera por una cantidad asequible, era estratégico en el diseño de juego de Lopetegui.