El horno alto A de ArcelorMittal en Veriña (Gijón) sufrió este miércoles un espectacular siniestro como consecuencia de un incendio en la instalación que obligó a evacuar a 50 trabajadores y forzó la parada de la planta, cuyos daños están pendientes de evaluar. Aunque desde un primer momento se temió que se hubiera podido producir un daño importante en la instalación, con una posible perforación del crisol –un componente crítico del horno–, la empresa no confirmó este extremo a la espera de que los técnicos puedan acceder a a la planta para su inspección una vez que se haya enfriado la instalación. El fuego fue controlado por los bomberos de la empresa siderúrgica en una hora y cuarenta minutos.
El siniestro, que generó una intensa humareda de enormes proporciones y que fue visible a grandes distancias, no causó heridos ni lesionados, pero abre la incógnita sobre la afectación que pueda entrañar para la producción de la cabecera siderúrgica asturiana.
El horno alto A, el más vetusto de los dos existentes, estuvo parado entre el 28 se septiembre y el 2 de febrero por la caída de la demanda internacional y nacional de acero, pero fue reabierto hace mes y medio y estaba trabajando a media capacidad al igual que el horno B.
La vida útil de la instalación afectada finalizaba en principio a fines de 2024 pero se había decidido prolongarla hasta 2025 para dar tiempo a que la compañía ponga en marcha el nuevo horno de reducción directa de mineral de hierro (DRI), una inversión estratégica que permitirá iniciar la descarbonización del proceso industrial y garantizar la continuidad de la siderurgia en Asturias a largo plazo ante los crecientes requerimientos ambientales.
El horno alto B, cuya maniobra de parada llegó a iniciarse de modo preventivo ante el alcance de las llamaradas en su instalación gemela, no llegó a detener su producción y anoche seguía trabajando con normalidad.
El horno debería estar activo hasta la entrada en servicio de la nueva planta de acero verde
El siniestro se desencadenó a las 17.50 horas durante una operación rutinaria de sustitución de una tobera, con el horno en parada técnica. Fuentes laborales explicaron que la instalación llevaba varios días inestable (con problemas de control de temperatura) que se estaban tratando de dominar. Durante la maniobra se produjo una desestabilización del proceso, que dio origen a una reacción violenta dentro del horno, informó la empresa, que causó varias explosiones y una gran inflamación, señalaron fuentes laborales.
Las imágenes fueron muy impactantes por el alcance de las llamaradas y por la aparatosidad del humo que emanó de la instalación hasta que se sofocó el fuego. El incendio se limitó en todo momento al horno y no alcanzó a otras zonas de la factoría.
No obstante, y por precaución, la evacuación afectó tanto a los 20 trabajadores del turno de tarde del horno dañado como a otros 30 empleados de oficinas, edificios auxiliares e instalaciones adyacentes, a los que por su proximidad a la planta siniestrada se ordenó el abandono de la zona.
La primera hipótesis apuntaba a que se hubiera producido una perforación del crisol, situado en la parte inferior del horno y en el que se deposita el arrabio (mineral de hierro fundido), lo que habría dado lugar a una salida no controlada del material incandescente, origen del incendio, que habría afectado, según algunas versiones recabadas, al sistema eléctrico y a otras partes de la instalación.
Al final, todo apunta a que el arrabio se fugó al exterior por una tobera existente en la zona norte, situada a la altura del crisol, aunque se desconoce si este equipamiento crucial ha podido resultar dañado.
De ello y de otros posibles desperfectos en la instalación dependerá el impacto económico del siniestro, la viabilidad de la reparación en una instalación a la que le restaban pocos meses de vida útil y, por consiguiente, la afectación a la producción.
Ahora los dos hornos altos (los únicos existentes en España) estaban trabajando a media capacidad ante la relativa baja demanda existente, por lo que el B podría asumir al menos buena parte de la carga de trabajo de la instalación dañada. Pero esto, y a la espera de la evaluación de los daños, arroja incertidumbre sobre la capacidad productiva máxima que podrá alcanzar la cabecera siderúrgica asturiana. La afectación en el empleo puede ser asumida recurriendo al expediente de regulación temporal del empleo (ERTE) pactado con los sindicatos, pero este acuerdo finaliza dentro de ocho días.
Dotaciones de bomberos de ArcelorMittal de sus parques de Gijón y Avilés lograron controlar el fuego a las 19.30 horas. A partir de entonces, los bomberos siguieron con la tareas de refrigeración para iniciar las inspecciones, en las que participan técnicos de la compañía y el equipo de seguridad industrial de la empresa
Tanto miembros del Grupo de Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos y de naturaleza NRBQ (Gedex) como del Seprona de la comandancia de la Guardia Civil de Gijón se desplazaron a la factoría para realizar mediciones medioambientales tras el incidente. Esas labores se mantendrán a lo largo de la semana.
El Principado se puso a disposición de la compañía, también lo hizo el servicio de emergencias de la comunidad y hubo contactos del presidente asturiano, Adrián Barbón; el vicepresidente, Juan Cofiño, y el consejero de Industria, Enrique Fernández, con responsables de la empresa. Barbón expresó su apoyo a compañía y trabajadores. El candidato del PP, Diego Canga, se mostró preocupado en Twitter y expresó su respaldo a la plantilla y a la compañía.