El CB Gran Canaria asoma la cabeza en la parte alta de la tabla tras superar al Manresa, que volvió a perder como ante el Benfica, en un encuentro intenso y de guarismos altos (99-88) en el que el argentino Nico Brussino regresaba tras sus problemas físicos asumiendo los galones con sus 21 puntos y 10 rebotes, haciendo estériles los 23 de Harding y 19 de Waczynski en los visitantes.
En un arranque efervescente, el conjunto catalán tomó ventaja desde el perímetro, con el acierto de Waczynski y del examarillo Frankie Ferrari, mientras el Gran Canaria trataba de compensar con el físico de Inglis y la polivalencia de Brussino (11-13, a 4:33 para concluir el primer cuarto).
Los pupilos de Pedro Martínez siguieron tomando la batuta en el electrónico, sacando a relucir la muñeca de Harding y Caroline (12-18), obligando al equipo claretiano a apurar todos sus cartuchos, sacando de la segunda unidad a Salvó y Balcerowski. Y no fue suficiente (20-25).
Sin embargo, todo cambió en el arranque del segundo periodo, donde el conjunto insular se sacó de la chistera un parcial de 10-2 que permitió darle la vuelta al partido (30-27) y forzar el primer tiempo muerto de los manresanos.
A partir de ahí, el intercambio de canastas se intensificó, si bien el Gran Canaria comenzó a sacar provecho de su superioridad en el rebote ofensivo para apurar especialmente con Inglis y Bassas (38-32). Harding trató de mantener la nave visitante -12 puntos en la primera parte- pero un nuevo repunte amarillo permitió a los de Lakovic superar la decena (49-38). Hasta que una polémica falta técnica pitada sobre el propio técnico esloveno, conjugada con una falta de Diop y un mate final de Badio posibilitó al Manresa maquillar el cierre de la primera parte (49-43).
En la reanudación, el Gran Canaria estiró de nuevo el chicle, animándose en ataque Slaughter y Brussino para poner el 65-53. Waczynski maquillaba la hemorragia, pero ya el arrebato anotador era incontrolable. El Manresa apenas conseguía contener el caudal amarillo, echando mano de un Harding que se tenía que multiplicar en vanguardia, pero que se topaba con un Vitor Benite inédito hasta el momento pero que, de repente, despertaba con dos triples casi consecutivos, cerrándose el tercer cuarto con 80-67 en el marcador.
Ya en el asalto final, la intensidad de Vaulet y un tiro libre anotado por Waczynski tras una falta técnica amarilla permitió al Manresa reducir la diferencia a ocho (84-76). Tras ese cortocircuito, los isleños mejoraron, encontrando en Shurna y Albicy un nuevo bálsamo, aunque el Manresa no estaba dispuesto a ceder (93-85 a 1:46). No obstante, el Gran Canaria trató de contemporizar en la recta final con posesiones larga, jugando con la ansiedad de un rival que terminó capitulando en el recinto de Siete Palmas (99-88).