El Gobierno aún no ha decidido si convocará el pacto antiyihadista que le ha reclamado el PP tras el ataque ocurrido en Algeciras este miércoles. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, explicó este jueves que es necesario “analizarlo perfectamente” y tener un mayor conocimiento antes de dar este paso, por lo que pidió esperar a que en los próximos días se lleven a cabo las investigaciones pertinente. En este sentido, explicó que, aunque la principal idea que se baraja es que se trata de un ataque terrorista, están abiertas otras hipótesis.
“Respecto a la convocatoria del pacto hay que analizarlo perfectamente y saber y para eso tenemos que esperar a los próximos días y al desarrollo de la investigación y al alcance de los hechos. Están todos los elementos interinstitucionales funcionando de manera constante. Yo, por ejemplo, he hablado con el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, y el secretario de Estado de Seguridad con la portavoz del PP, Cuca Gamarra. Mañana hablaré con los portavoces de la comisión de Interior”, resumió Marlaska en una rueda de prensa tras visitar Algeciras.
Los hechos
Yassine Kanjaa, un ciudadano marroquí de 25 años sin antecedentes penales sobre el que pesaba una orden de expulsión desde junio de 2022, mató el miércoles con un arma blanca de grandes dimensiones a Diego Valencia, sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de Palma, en Algeciras. Antes de este ataque, el agresor visitó la parroquia de San Isidro, donde hirió al cura, Antonio Rodríguez, quien se encuentra grave pero estable. Según los testigos, el detenido gritó “¡Alá es grande!” y “¡muerte a los cristianos!”. La Audiencia Nacional investiga ahora como terrorismo los hechos cometidos por Kanjaa, que en principio actuó en solitario y tiene historial psiquiátrico en Tánger (Marruecos).
El ministro explicó que Kanjaa “nunca ha estado en el radar en ningún servicio nacional por radicalización”. Para el Ejecutivo, todos estas circunstancias, que denotan que se trata de un hecho aislado, hacen que no resulte necesario reunir la comisión de seguimiento del pacto antiyihadista, donde están representados los grupos parlamentarios. El PP, en cambio, cree que la convocatoria debe producirse “de inmediato”.
La portavoz en el Congreso de los populares, Cuca Gamarra, se quejó a media mañana de la falta de información sobre el ataque por parte del Gobierno hacia el principal partido de la oposición. “Esta no es la manera de funcionar de una democracia. Tiene que existir comunicación en los asuntos sensibles. Acudimos al pacto antiyihadista porque no tenemos información”, dijo la número dos del PP, que también pidió al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, que contactara con el líder de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo, para ofrecerle datos sobre lo ocurrido en Almería. Ya por la tarde, Marlaska llamó al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y su número dos en Interior, Rafael Pérez, conversó con Gamarra.
Polémicas palabras
A raíz de un tuit del presidente de Vox, Santiago Abascal, en el que llamaba a evitar el “avance” del “islamismo” y cargaba contra los migrantes, Gamarra abogó por “no estigmatizar a un colectivo por lo que haga uno de sus integrantes”, porque “el camino es combatir con toda la dureza a los integristas, pero respetando a quienes no lo son y forman parte de nuestra comunidad”. Pero eso no impidió que horas después el propio Feijóo entrara de lleno en el mismo terreno que había pisado antes el líder de la ultraderecha.
“El islamismo es un problema de toda la sociedad europea y debemos de actuar de forma unida, sabiendo que existe un problema latente: hay personas que matan en nombre de un Dios, de una religión. Y sin embargo, desde hace muchos siglos no verá usted a un católico o un cristiano matar en nombre de su religión o de sus creencias. Hay otros pueblos que tienen algunos ciudadanos que sí lo hacen”, argumentó Feijóo durante un coloquio en el Círculo Ecuestre de Barcelona.
El PSOE tardó poco en reaccionar a sus palabras, que colocaban a una religión en un plano de superioridad sobre otra. “Hay veces que es mejor permanecer callado y parecer responsable que hablar así”, dijo la portavoz socialista y ministra de Educación, Pilar Alegría. Horas después, Feijóo de matizar sus palabras, aunque con escaso éxito. Si bien aseguró que “no se puede criminalizar ninguna religión”, el líder del PP insistió en que en la actualidad “no hay un problema general de terrorismo católico en el mundo” y sí “de integrismo islámico.